Los Reyes llegan un día después a Seña

Este año, la representación ha llegado con novedades: se han estrenado diálogos más modernos, breves y atractivos, diseñados para captar el interés de las nuevas generaciones. Estos textos ya estaban listos para la edición de 2024, pero no pudieron utilizarse debido a las lluvias que frustraron el desarrollo normal del evento. Las precipitaciones han vuelto a hacer acto de presencia en esta edición, coincidiendo, desafortunadamente, con uno de los momentos más emblemáticos de los pasajes: la llegada de María y José a la plaza de la Iglesia de San Roque, donde se ubica el pesebre.

Pese a este breve chaparrón, que apenas duró unos minutos, el resto de la jornada estuvo acompañado por un clima más favorable. Incluso hubo momentos en los que el sol se asomó, aunque no logró disipar del todo el frío propio de enero. Con todo, ninguna inclemencia meteorológica pudo con el entusiasmo del público, que, previsor, acudió preparado con paraguas. Nadie quería perderse la representación, y todos pretendían resarcirse de la espinita del año pasado. Los 'habucos' −gentilicio de Seña− lo lograron con éxito, y el organizador del evento, Alfonso Oruña, valoró muy positivamente esta edición una vez concluyó.

Los más de cien figurantes que dieron vida al Belén viviente cumplieron con creces su papel. Acompañados por rebaños de ovejas y cabras o con burros y caballos, pastores, soldados romanos y aldeanos participaron con entusiasmo, disfrutando de la representación bajo la atenta mirada de un público que llenó desde el mediodía las calles de la pedanía perteneciente a Limpias. Sin embargo, como cada año, las miradas se centraron mayoritariamente en la familia conformada por la Virgen María, encarnada por Maider Echevarría; San José, interpretado por Juanjo Contreras; y el niño Jesús, papel que este año recayó en Alan Contreras, de dos años.

La tradición establece que este papel principal solo puede interpretarse una vez en la vida y debe recaer en el último recién nacido empadronado en Seña. Sin embargo, dado que no hubo nacimientos registrados durante el último año, Alan asumió el rol junto a su padre, quien curiosamente también interpreta a San José.

Entre los personajes más queridos por el público destacan los Reyes Magos, quienes cerraron la procesión hacia el pesebre. Interpretados por David Palacio como Melchor, Erik San Román como Gaspar y Birama Ndog como Baltasar, los tres astrólogos se arrodillaron y ofrecieron sus preciados obsequios -oro, incienso y mirra- al niño Jesús.

Otros personajes destacados en la escenificación fueron Herodes y su esposa, interpretados por Miguel Ángel Marsella y Soraya Arce; el ángel, representado por Irene Gallego o Simeón que fue Javier Mata. Como secundarios, Mari Carmen Ochoa como la posadera y Fernando Ruiz el edicto romano. La locución de la megafonía estuvo a cargo de Alfonso Oruña y María José Pérez.

Entre los asistentes destacaron el director general de Turismo del Gobierno de Cantabria, Gustavo Cubrero; el diputado Alejandro Liz; y los alcaldes de Limpias, Nacho Sainz San Emeterio; Ampuero, Amaya Fernández; y Laredo, Miguel González, quienes acudieron acompañados de algunos miembros de sus respectivas corporaciones municipales.

Al concluir el acto, que tuvo una duración aproximada de hora y media, los allí congregados pudieron disfrutar de una degustación de pan con chorizo y vino, una tradición que ayudó a entrar en calor en esta fría jornada de enero.