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El sistema de galerías subterráneas del Gándara fue el escenario elegido el pasado fin de semana para realizar un simulacro nacional de espeleosocorro. Con más de 120 kilómetros de pasillos bajo tierra y más de 800 metros de desnivel, la zona, ubicada en el Valle ... de Soba es un punto caliente en lo que se refiere al potencial riesgo de incidentes. Sobre todo, al ser destino de una de las actividades deportivas de mayor nivel en España y estar recorrido con frecuencia por grupos de espeleólogos venidos de todo el continente.
Así, los días 1, 2 y 3 de diciembre, la Comisión Interterritorial de Espeleosocorro reunió a cerca de 200 personas procedentes de los numerosos grupos de especialistas que pertenecen a la organización, así como, los grupos profesionales del GREIM de la Guardia Civil y del BIEM V de la Unidad Militar de Emergencias. También contó con el apoyo de Protección Civil, con las agrupaciones de Corvera de Toranzo, Comillas y bomberos voluntarios de Santander.
El simulacro fue «un reto de primera magnitud» según los coordinadores del ejercicio, y consistió en la simulación de un accidente a más de tres kilómetros del exterior de la cavidad, en el que los rescatadores tuvieron que enfrentarse a una fractura de pelvis y hemotórax en condiciones atmosféricas «muy duras» por las fuertes lluvias y la baja temperatura. Todo con el objetivo de mejorar la preparación y coordinación de los grupos profesionales en su reacción ante un potencial salvamento.
En este sentido, Fernando Caro, el coordinador de la Comisión ha destacado que se trata de «un ejercicio de coordinación de gran dificultad que ha supuesto más de 6 meses de preparación».
Por su parte, el responsable del espeleosocorro valenciano, Gonzalo Navarrete, ha subrayado la importancia de trabajar en colaboración con otros grupos, «lo cual aporta una experiencia de primera mano que nos enriquece como organización y refuerza los vínculos humanos y de solidaridad que nos mueven a pertenecer a estos colectivos».
Además de sacar al herido de la cavidad, en este caso el equipo médico debía atenderlo por sus fracturas. Sobre esto, la coordinadora médica del ejercicio,María Redondo, ha comentado que «para el personal sanitario es un enorme reto enfrentarnos a un accidente de estas características, en un entorno de enorme dificultad técnica y con escasos apoyos diagnósticos en el interior».
La práctica ha contado con diez equipos de intervención en el interior de la cavidad, tres equipos sanitarios, tres equipos de comunicaciones encargados de tender cable genefónico a lo largo de toda la cavidad, un equipo logístico en el exterior y dos equipos de coordinación que han alternado y entrenado la coordinación conjunta. Precisamente la parte de la comunicación es indispensable en un rescate. Para Ricardo Carpio, coordinador del espeleosocorro madrileño «preparar y tender más de 3.500 metros de cable telefónico es un reto logístico extraordinario, pero entendemos que las comunicaciones son básicas en un operativo de esta envergadura».
Una vez terminado el simulacro, los coordinadores expresaron su satisfacción dada la complejidad de la actividad. Asimismo, el desarrollo del ejercicio transcurrió sin incidentes reseñables y, como resultado, sirvió para obtener multitud de información que ayudará a mejorar la preparación de los grupos de espeleosocorro para colaborar e intervenir en un potencial rescate real.
En este punto, cabe recordar que, España es uno de los países con mayor densidad de cuevas del mundo y, muchas de ellas, situadas dentro de la categoría de mayores Sistemas de Cavidades a nivel universal. Así, la Comisión Interterritorial de Espeleosocorro asegura que «todos los grupos de espeleólogos que se dedican a la exploración dentro de nuestro país pueden hacerlo con un plus de tranquilidad, si son conscientes que ante un problema, los grupos profesionales y de especialistas están preparados para intervenir sin importar la envergadura de un accidente espeleológico».
La Comisión Interterritorial de Espeleosocorro cuenta con 13 grupos que llevan más de 20 años realizando tareas de intercambio del conocimiento, experiencias, protocolos y análisis de incidentes. El reto de llevar a cabo un ejercicio de esta naturaleza llevaba encima de la mesa varios años y llevarlo a cabo ha sido un esfuerzo «gratificante». De esta manera el grupo ha agradecido la colaboración de todos los voluntarios, la participación del GREIM de la Guardia Civil, de la Unidad Militar de Emergencias, de las Agrupaciones locales de Protección Civil reseñadas, así como también la ayuda del Ayuntamiento de Soba, Ramales de la Victoria y en especial mención, al CEIP Jerónimo Pérez Sainz de la Maza de Soba, que ha dispuesto para ellos sus instalaciones.
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