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Ovillos de lana, agujas de punto y ganchillo, tejidos llenos de originalidad y, sobre todo, intercambio de saberes conformaron el pasado sábado en el Parador Nacional de Limpias un menú infalible para las entusiastas participantes en la VII Tricotada Popular. Una cita a la que ... se sumaron 150 personas procedentes de todos los puntos de Cantabria e incluso del País Vasco y La Rioja. La inesperada afluencia obligará a replantear la cita en años venideros, en aras de un mayor enriquecimiento en la puesta en común de todas las participantes.
Más que estar de moda, todo lo que tiene que ver con el tejer artesanal, sea a punto o ganchillo, es un patrimonio cultural que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que pervive en muchos hogares. De ahí que, como le gusta decir a María Eugenia Rocillo, alma máter de la idea y responsable del grupo 'Café y Punto' organizador del encuentro, «quizás es más una cuestión de que durante mucho tiempo estas labores carecían de tanta visibilidad, pero siempre han estado ahí».
Diez años se cumplen ahora de aquella feliz idea que tomó como inspiración la lectura de 'El Club de los Viernes'. Al igual que las protagonistas de la novela, Maru impulsó un grupo de amigas que tenían como punto en común su afición por tejer. El Parador de Limpias en el antiguo palacio Conde de Eguilior se convirtió en la sede oficiosa. Una década después atesoran una dilatada experiencia como para dar el paso de constituirse en asociación, algo que harán en fechas próximas.
Durante este tiempo, además de estos encuentros, han organizado eventos denominados Urban Knitting, que son exhibiciones en las calles del potencial que encierran sus creaciones. Este año organizaron una en Ramales de la Victoria, y tienen previsto impulsar la siguiente en Limpias.
El pasado sábado llegaron grupos afines de Castro, Muskiz, Santander, Laredo y Ampuero, así como de Noja, Liendo o Colindres. «El año que viene igual hay que limitar el aforo y previa reserva, para que tenga esa esencia de grupo de amigas que les apasiona tejer, el intercambio de conocimientos, la tertulia y pasar una tarde agradable», reflexiona Maru en voz alta, consciente de que lo de morir de éxito es mucho más que un tópico.
En cuanto a las realizaciones a exposición, se trajeron maniquíes donde se plasmaban las distintas novedades de cada artesana del tejido, e incluso hubo curiosidades en forma de patrones imposibles, como la bufanda mágica que presentaron desde Logroño, con una labor increíble que despertó la admiración de las presentes. Para poner el broche al encuentro, todas compartieron una merienda con chocolate. Y quedaron citadas para seguir alimentando su afición, conscientes de que así van tejiendo pequeñas obras de arte al mismo tiempo que afinan amistades de esas que, como sus fantásticas creaciones, son casi imposibles de deshacer.
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