Valentín bate su récord con 17 sobaos en ocho minutos

Por segundo año consecutivo, este joven de 30 años y natural de Cartagena se proclamó vencedor de la tercera edición del Campeonato Mundial de Comedores de Sobaos, que se celebró en la tarde de ayer en Ambrosero, en el marco de las fiestas de Santa Ana. La cita congregó en este pequeño pueblo de Bárcena de Cicero a cientos de curiosos, que no pararon de animar a los aspirantes a glotones. Algunos amigos y familiares de los concursantes exhibieron hasta pancartas de apoyo en tono jocoso.

De poco valieron los gritos de aliento porque Valentín fue imbatible. Experto en los retos de engullir comida gigante –tal y como difunde en sus redes sociales–, se embuchó a la velocidad del rayo 2,7 kilos de sobaos. Cada pieza pesa 160 gramos. Por la peculiar hazaña, se embolsó 2.000 euros de premio; los 1.000 habituales más otros 1.000 solo reservados por si se batía la marca del año pasado. Eufórico recibió el cheque y la medalla en lo alto del podio.

Prácticamente sin inmutarse devoró los 17 sobaos de la marca local Escojo Artesanos. Su modus operandi fue partirlos en trozos y mojarlos en un vaso con leche de Valles Unidos del Asón. Para que no se le hiciera bola, tras cada bocado bebía agua y más agua.

Valentín Carrasco, el campeón del sobaoVer 9 fotos

El segundo puesto, dotado con 500 euros, fue para Javier Carrera, de Torrelavega, por meterse entre pecho y espalda 11 sobaos, llevándose, además, el premio especial al primer cántabro (100 euros). En tercera posición también con 11 sobaos (hubo un desempate a ver quién lanzaba más piezas en un cubo) quedó Eva Díaz, de Sarón, que ganó 300 euros, y fue reconocida también como la mujer con más recorrido. Y hubo una mención especial al vecino de Ambrosero (y único) más hambriento: Iván Valera. Como curiosidad, los que menos comieron se quedaron en tres.

Para garantizar la seguridad de los participantes hubo tres sanitarios de la DYA sobre el escenario, que no tuvieron que intervenir. El bueno humor y las risas reinaron en este espectáculo gastronómico inspirado en los concursos americanos de comida XXL.

Los participantes procedían, además de Cantabria, de Andalucía, País Vasco, Galicia, Valencia, Navarra y Castilla y León. Antes de empezar, les colocaron unos gigantes baberos verdes (se subastó uno a 100 euros a favor del proyecto solidario Unidos por un Reto de Óscar Negrete para el alzhéimer) para que no se pringaran. La prueba la desarrollaron de pie a lo largo de una mesa corrida. Enfrente de cada uno pusieron una bandeja a rebosar de piezas del manjar cántabro. La expectación durante el desafío fue máxima. Algunos solo fueron con intención de merendar y pasar un rato divertido y otros demostraron que a tragones no les gana nadie.