Los vecinos de Carasa reclaman soluciones para el peligroso cruce del barrio de Rioseco

«Aquí el día que maten a alguien, que no sabremos si será el hijo o la madre de quien, nos vamos a tirar de los pelos. No podemos permitir que esto esté de esta manera. Hay que tomar una determinación antes de que suceda». Con esta rotundidad ha resumido el presidente de la Junta Vecinal de Carasa, Serafín Alberdi, el sentir del centenar de personas que este mediodía se han manifestado para reclamar medidas de seguridad que neutralicen la peligrosidad del cruce entre la CA-258 y el acceso al barrio de Rioseco. Un lugar donde la nula visibilidad obliga a los conductores que salen del pueblo a invadir la carretera autonómica, con el consiguiente riesgo de alcance. Hasta la fecha se han registrado distintos siniestros, que han quedado en sustos sin un fatal desenlace. Pero los vecinos creen que seguir así es tentar a la suerte.

Al grito de «¡Queremos solución!» ha arrancado la marcha desde la parada de autobús de La Llana hasta el bar Pak-Mary, a cuya altura se sitúa el punto conflictivo. Ocupando un único carril, los caminantes han sostenido varias pancartas. La que abría la manifestación era bastante explícita: «Nos jugamos la vida. Cruce sin visibilidad. Carretera con exceso de velocidad. Vecinos hartos. Nadie hace nada». La que cerraba la marcha era más explícita. «¡Seguridad Ya! Rioseco Carasa».

En el acto han participado miembros de la corporación de Voto, así como distintos alcaldes pedáneos del municipio. Junto a ellos ha caminado el parlamentario del PP, Roberto Media, que ha suscrito las demandas de los vecinos, quienes se han manifestado de manera pacífica y con una mezcla entre el hartazgo y la esperanza de que su presencia cambie la situación. De hecho, su número se ha incrementando frente a la anterior movilización de diciembre de 2021. Tras ella hubo algún amago de actuación por parte del Gobierno de Cantabria, pero todo quedó en agua de borrajas.

Alberdi, que ha agradecido la implicación vecinal, ha subrayado que «esta demostración de unidad y determinación no pasará desapercibida para quienes tienen la responsabilidad de tomar medidas. Vuestra presencia aquí sirve de altavoz para enviar un mensaje alto y claro a las autoridades », ha subrayado en la lectura del comunicado que ha puesto fin a la movilización.

Algunos participantes se habían planteado incluso el corte de la carretera principal, pero desde la Junta Vecinal se ha advertido de que la autorización obtenida para celebrar la manifestación no incluía autorizar dicho corte, por lo que han desistido. Durante su transcurso, el tráfico ha sido regulado por voluntarios de la organización. Los coches que han alternado su paso en uno y otro sentido han expresado su solidaridad con los caminantes haciendo sonar su claxon. También los ciclistas han sido testigos de una movilización que se ha desarrollado en apenas veinte minutos.

En el cruce de Rioseco, al pie del muro que homenajea la centenaria tradición de la gata negra, Serafín Alberdi explicaba cual sería la solución ideal. «Lo tenemos claro. Unos semáforos con sensores, que detecten la presencia de un vehículo en el cruce y que pare el tráfico y evite de esta forma cualquier siniestro. Se tiene que hacer en un punto donde la pendiente sea casi inexistente, para no afectar en la marcha a los camiones». El portavoz vecinal descarta el tema de los pasos elevados, por los perjuicios que ocasionaría a los vehículos. «Nosotros lo que tenemos que hacer es insistir una y otra vez hasta que realmente se consiga», ha concluido.

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