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Es difícil imaginar que grandes empresas lleven hoy en su denominación comercial el nombre del pueblo de su sede original o el de su creador. Algunas iniciaron su andadura así, como Forjas de Buelna (en Los Corrales de Buelna), hoy el gran grupo Celsa, pero perdieron ese apellido con el tiempo. No es el caso, ahora mismo, de Puente Viesgo, el pueblo que da nombre a una de las eléctricas más importantes del panorama actual. Su historia ya está impresa en blanco y negro: 376 páginas y 250 fotografías detallan la crónica-vitae de 'Viesgo, la Fábrica de la Luz', la historia de una de la empresas señeras del país recopilada por Pedro de la Vega, ambos, empresa y autor, nacidos en Puente Viesgo. Un libro con un toque de «romanticismo» que le hace, si cabe, más atractivo al lector.
Una empresa que, como él dice, nace con nombre de diosa griega, Electra, y crece ligada al pueblo que le dio la cuna. Un libro que relata con «chispa viesgeña» las ideas primitivas y sus protagonistas, los proyectos, el debate de los vecinos, las intervenciones de las administraciones locales, provinciales y nacionales, la resistencia de los industriales locales, la repercusión en prensa, las obras y sus costes, los constructores y sus trabajadores, el quién es quién en ese largo recorrido.
Pero también narra «la fuerza del río Pas como aportación de energía y la importancia de los molinos que la antecedieron, las competidoras contemporáneas que sucumbieron a su fuerza empresarial, en definitiva, su memoria cronológicamente detallada, desde la Sociedad de Centrales Eléctricas hasta la multinacional Viesgo».
Este jueves, en los jardines del Ayuntamiento de Puente Viesgo a las ocho de la tarde, se pone de largo en blanco y negro el detalle vital de la hidroeléctrica «más importante en nuestra tierra; puntera en nuestra nación y difusora de la energía, que pasea su nombre, etimológicamente agarrado al nuestro, por todo el mundo».
Hay expectación por conocer el séptimo libro de Pedro de la Vega sobre Puente Viesgo, una colección imprescindible para conocer más y mejor la comarca pasiega y Cantabria. En este caso, la historia de una central que fundaron en 1906 Fernando Villamil y Luis Castillo como Electra de Viesgo, tras adquirir la Sociedad General de Centrales Eléctricas, empresa encargada de suministrar electricidad a Santander, comprada un año antes por Calixto Fernández García, que también participó en el nuevo proyecto. Su capital inicial fue de un millón de pesetas y su infraestructura se limitaba a la central hidráulica de Puente Viesgo y una línea eléctrica de 25 kilómetros entre ese pueblo y la capital de Cantabria.
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Ana del Castillo
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