Borrar

Lunes, 12 de agosto 2019, 11:39

Modo oscuro

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Juanjo Santamaría
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.
La lluvia, que se convirtió ayer en protagonista de la jornada festiva en Anievas, no logró deslucir los actos centrales de la cuarta edición de Un pueblo de leyendas, la Fiesta de Interés Turístico Regional que un año más convirtió a Barriopalacio en el epicentro de la mitología cántabra.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Anievas, un pueblo de leyendas