Arenas de Iguña recibe este sábado al primer afectado por el argayo de San Mateo

Calvo se mudará este sábado junto a su perro y sus tres gatos de la casa de su madre, en Los Corrales, donde ha pasado la noche todos estos días. «Estamos los dos encantados, pero necesito espacio para todos», declaró a este periódico al poco tiempo del obligado traslado por seguridad. Una semana después, Carlos llevará sus maletas a otro hogar temporal hasta que los informes técnicos arrojen alguna respuesta sobre la habitabilidad de su casa, la de verdad. Él se encarga de aclararlo: «Estoy deseando volver a mi casa. La urbanización de Arenas de Iguña es una zona muy chula, la conozco e incluso tengo amigos por ahí, pero como en tu casa no estás en ningún sitio».

Se ha dado cuenta cada vez que ha tenido que volver a San Mateo a por alguna pertenencia. Por eso se resiste a llevarse grandes cosas. Basta con lo necesario. «No quiero llevarme muebles porque pienso volver cuanto antes. Cuando me vaya a Arenas ya veré lo que echo de menos», señalaba el vecino, testigo de las precauciones que obliga a tomar la situación en la peña afectada por la grieta: «Nos dejan entrar diez minutos por precaución, dos veces al día, para que podamos llevarnos lo que queramos».

Son tantas sus ganas de volver a casa que Calvo sigue casi al minuto el estado del terreno, y pregunta al propio personal que trabaja en la zona. «Ya el domingo los ingenieros nos dijeron que el terreno no se había corrido más. Además, los topógrafos también están operando en la zona, lo que es buena señal», relata. Lo cierto es que todavía es pronto para sacar conclusiones sobre la habitabilidad de la zona y por ende, sobre la vuelta de las familias a sus casas. Así lo confirmó Josefina González, alcaldesa de Corrales de Buelna: «Todavía hay que esperar al menos una semana más para conocer el resultado que aporten de los informes técnicos».

Pero las secuelas del temporal llegan más allá de Los Corrales. Tres de los municipios más afectados por las lluvias continúan siendo Cabuérniga, Ruente y Los Tojos. Por eso, la alcaldesa de esta última localidad, Belén Ceballos, exigió este jueves tanto al Gobierno de Cantabria como al de España que atiendan con urgencia los problemas de incomunicación que viven las tres poblaciones a raíz del argayo en la carretera CA-180.

La edil recordó que «hay más de 1.600 vecinos con una media de edad de 60 años» pendientes de una solución: «No sólo está condicionando el acceso a sus trabajos o el transporte escolar, sino también el de bomberos y urgencias sanitarias».