El barco de La Fura deja Requejada

En su otra vida la nave escenario de La Fura dels Baus fue un viejo mercante alemán, el Elvikull, de 62 metros de eslora, botado en 1979. Hace casi dos años que se transformó en el heredero del primer buque de la conocida compañía que hubo que jubilar. Tras recalar en Santander, el pasado octubre atracó en Requejada. Su llegada fue tan sonada como su marcha porque la Ría y el abrigo de mar están cerrados al tráfico marítimo desde hace más de una década. De hecho, ha sido necesario «un montón de permisos y certificados» para volver a navegar y trasladar el buque a su destino para colocar la vela, un diseño novedoso que se ha encargado de construir Digima, un taller de Maliaño. Así lo confirmaba el jefe de máquinas cántabro, Javier González, que es quien coordina la instalación de tecnologías I+D+I en el buque.

Desde la Fura, su director artístico, Carlus Padrissa, explicaba ayer que la intención es «volver pronto a Requejada, porque para nosotros ha sido nuestra casa y nos han tratado muy bien, así que haremos una visita y posiblemente presentaremos un espectáculo», contaba, tras dar las gracias a la compañía de Julio Cabrero por acogerlos allí. No obstante, la nave zarpará seguramente para Bilbao cuando esté preparada, ya que hay otro proyecto en marcha.

Durante los últimos meses La Naumón ha sido custodiada por el escultor Pol Camps y el compositor y productor Alberto Garrido. Ellos han sido los responsables del Espacio La Naumón, un contenedor cultural en el que se ha invitado a participar a artistas de la zona. «Es un espacio con mucha naturaleza», añadía Padrissa que suscribía el mensaje de reivindicar la recuperación ambiental de la cuenca que Camps y Garrido han querido transmitir.

La Naumón nació como un proyecto para crear conciencia ambiental y «esparcir arte y cultura» por cada puerto en una gira mundial. Por ello, tras instalar la vela, lo próximo será levantar un escenario en la bodega, con puertas batientes.