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Santillana del Mar volvió a deslumbrar con su famosa Cabalgata de Reyes, declarada, junto al Auto Sacramental, Fiesta de Interés Turístico Nacional. Los cerca de quinientos vecinos participantes hicieron valer sus meses de ensayos ante el numeroso público que desafió el mal tiempo para disfrutar ... de la puesta en escena. El evento, que año tras año cuenta con el marco de excepción del casco histórico de la villa, en esta edición, además, se desarrolló bajo más bombillas que nunca:400.000. Las que alumbran Santillana desde que tuvo lugar el encendido oficial y la inauguración de las proyecciones del videomapping en el exterior de la Torre Don Borja. Así, con atractivas novedades, se pretende desde el consistorio impulsar aún más estas fechas, a la vez que se mantiene la carácter tradicional.
Porque las espléndidas representaciones con los tres Reyes Magos y el resto de figurantes son ineludibles desde hace tiempo. Con este, van 65 años, una cifra que la Asociación de la Cabalgata de Santillana del Mar ha querido festejar con la incorporación de un mayor número de participantes en el desfile. Comenzó a las ocho de la tarde, tras el lanzamiento de los fuegos artificiales, aún sin lluvia intensa, como la que más tarde hizo presencia y empapó los lustrosos trajes y ahuyentó a parte del público.
La escenificación de la llegada de los Reyes Magos de Oriente a la villa y el recibimiento del alcalde en la Avenida Le Dorat fue la primera de las escenas. A lo largo del recorrido, se fueron sucediendo otras, como la de la Hebrea solicitando a los Reyes curación para su hijo en la calle Santo Domingo, el encuentro de los Magos con el rey Herodes en la plaza de Las Arenas, y la Adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús en el Portal Viviente, situado en la Plaza Mayor.
En función de la ubicación escogida, cada cual pudo disfrutar de una u otra escena, al igual que en lo correspondiente al Auto Sacramental, que se había iniciado pasadas las cinco de la tarde, con la anunciación del Ángel San Gabriel en la Plaza del Abad Francisco Navarro y finalizó con la llegada del Emisario Real a la villa por la avenida Le Dorat.
Así da por concluidas el municipio unas navidades que, a pesar de lo lluvioso de su inicio y su final, han supuesto un gran éxito y han vuelto a hacer a los niños soñar y a los mayores disfrutar contemplándoles, a la vez que han servido para conseguir esa afluencia de público casi propia del mes de agosto.
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