Cáritas de Los Corrales sale a la calle para reponer sus despensas

Cáritas Parroquial de Los Corrales de Buelna volverá a la calle este viernes y sábado para paliar en la medida de lo posible el déficit con el que termina un año en el que se ha superado ya el centenar de familias atendidas cada semana. «Es raro la semana en la que no llegan nuevas familias a las que atender, muchas llegando con lo puesto y apenas un pasaporte». Así lo explicaba el presidente de Cáritas, Ramiro Pérez, «preocupado», dijo, por una subida de los precios en general que está lastrando las cuentas de la organización, tanto como lo están haciendo en cada hogar, especialmente en los que ya tenían problemas para llegar a fin de mes.

Fernando García, tesorero de Cáritas, apostillaba que «han crecido mucho los gastos, de una forma desorbitada». Y con ellos los números rojos de una entidad que afronta, sin apenas ninguna ayuda más, la entrega semanal de cestas de primera necesidad a cada familia atendida, actualmente 116.

Por eso saldrán a la calle viernes y sábado, recogiendo alimentos en dos supermercados del centro de Los Corrales de Buelna, Eroski Center Consum, en la calle 2 de Mayo, y Lupa, en la Avenida Cantabria. En las entradas de los centros colaboradores habrá voluntarios y se colocarán carros de compra identificados para depositar los alimentos no perecederos que cada cliente prefiera.

Para facilitar la elección, desde Cáritas proponen aceite, productos no perecederos de alimentación básica, artículos de higiene infantil y productos navideños. Estos últimos formarán parte de las cestas especiales que se entregarán a final de mes a cada familia «para llevar también algo de alegría a familias necesitadas de algo más que alimento», decía una de las voluntarias, Ángeles Martínez.

El presidente explicó que el perfil de las familias atendidas va cambiando. Durante y después de la pandemia hubo muchas familias españolas, del pueblo, ahora llegan de fuera «sin nada, familias al completo apenas con un pasaporte, en una situación complicada, a veces sin papeles, que no tienen otra forma de garantizar siquiera su subsistencia». «Nosotros hacemos lo que tenemos que hacer, lo que hemos hecho siempre, garantizar al menos que no les falte un techo y un plato en la mesa».

Pero en Cáritas miran el futuro con optimismo porque confían en que, «como siempre», la campaña de Navidad palíe ese desajuste en las cuentas y les permita seguir atendiendo a las cerca de 400 personas que requieren de su apoyo en el día a día y que durante las fiestas navideñas recibirán un complemento especial, «porque la Navidad tiene que llegar a todos los hogares», decía Ángeles Martínez.

Cada miércoles preparan cestas de alimentos de primera necesidad para cada una de las familias atendidas, lo básico para ese tiempo, teniendo en cuenta las características propias de cada grupo de personas, en la medida de lo posible. Compran leche y aceite en cantidad (aunque es uno de los productos en los que más se está notando el alza de los precios), pasta, arroz, pero la despensa de Cáritas en el antiguo asilo San José asusta por los huecos que se pueden ver en unas estanterías antaño siempre llenas. «Lo tenemos que comprar todo nosotros con nuestros recursos y así estamos». En los próximos días les llegará la aportación de la Operación Kilo de varios centros educativos, pero las necesidades son mayores que otros años.

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