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San Cipriano ejerció hoy de Santo Patrón de Cartes y de los ganaderos, dándoles lo que llevaban tiempo reclamando, agua. La esperada lluvia congregó a menos peregrinos que otros años en una edición que también notó una escasa representación institucional y que tuvo como protagonistas invitados a los afectados por la Ley de Montes de Utilidad Pública, que se quejaron del «abandono» de la única consejería representada en esa fiesta, la de Desarrollo Rural. Allí estuvo Guillermo Blanco, fiel a la cita, ante la disculpada ausencia del presidente, Miguel Ángel Revilla, o del vicepresidente, Pablo Zuloaga.
Menos devotos pero igual de apego a la tradición en la romería montañesa por excelencia, una jornada, decía el alcalde de Cartes, Agustín Molleda, «perfecta para hacer valer el amor por la tierra y las tradiciones, algo que no está ahora mismo de moda precisamente». Todo ello a ritmo de pito y tambor en la pradera alta de Cohicillos, en la que se dejaron ver los Picayos, que a ratos robaban protagonismo al propio Patrón.
El alcalde, natural de Cohicillos, ratificó la importancia de la fiesta, por encima del hecho de que la participación fuere más o menos alta. Lo decía rodeado de romeros ataviados al uso, como ya habían hecho el jueves, en el Día de las Albarcas, ropa de la romería de siempre para acompañar al santo en su peregrinación hasta la ermita a la que da nombre en Cohicillos.
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Los peregrinos resistieron el envite del tiempo para demostrar que la jornada festiva se imponía a la meteorología y poco a poco se fueron congregando en la campa. Ellos se mojaron en la procesión y el Santo también. Llovió prácticamente durante todo el trayecto, especialmente al salir de Corral de Cohicillos y en San Miguel. El resto del camino y la jornada fue más benevolente para unos y otros.
Hubo varas de avellano, tragos algo más forzados que en otros años más calurosos en la fuente de los doce caños, rosquillas bienvenidas, palabras de aprobación para el nuevo mural que refleja la romería y aplausos para los picayos, piteros, pandereteras, tambores y castañuelas.
Sobre las 12 del mediodía el Santo Patrón toco suelo en su ermita y la Misa Solemne dio paso a la romería, ya con más adeptos, confirmada la mejoría del tiempo.
El alcalde tuvo palabras también de agradecimiento a la nueva comisión organizadora de la fiesta y su «esfuerzo» por regenerar una celebración que ya mira, dijo, a la próxima edición.
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