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El restaurado lavadero de Collado de Cieza sirvió ayer para homenajear a las mujeres que por aseo doméstico u oficio ejercían de lavanderas hasta entrado el siglo XX, mujeres fuertes que aprovechaban ese rato para compartir alegrías y penas, historias y cánticos, «la red social ... de entonces» decía la directora general de Cultura, Gema Agudo.
Una veintena de personas acudió a la cita propuesta por la Red Cántabra de Desarrollo Rural para poner en valor 'El oficio invisible de las lavanderas', una jornada que incluyó «un piscolabis» y un taller de elaboración de jabones a la antigua usanza y una panderetera para poner música al encuentro.
Diego Naranjo y María Grijuela dirigieron una actividad enmarcada en las propuestas del programa 'Culturea' de la Dirección General de Cultura, contando con la especialista en cosmética María Hernández, directora del taller de elaboración de jabones y «potinguera», como ella misma se definió.
El objetivo era recordar el duro oficio de lavanderas «y nada mejor para complementarlo que un taller de jabones», dijo Diego Naranjo. Y entre una cosa y otra, «recordar lo que era también la intensa relación humana de las mujeres en los lavaderos, cantando, entonando alguna de esas canciones que sonaban hace décadas con el faenar incansable de las mujeres».
María Grijuela incidió en que los lavaderos «siempre fueron esos lugares en los que se reunían las mujeres del pueblo, donde charlaban y cantaban mientras realizaban la dura labor de la colada».
María Hernández explicó a los presentes la «Receta de la tía Ana» para la elaboración de jabones, «la persona de la que yo aprendí esa receta». El taller, dijo, «se basa en crear un recurso de un residuo, transformar el aceite usado en jabón para la limpieza, aprovechar los recursos de los que disponemos para cerrar ciclos, convertir una sustancia contaminante que no se degrada como el aceite en un jabón degradable». Y todo ello siguiendo las reglas ancestrales, entonces con grasas animales y ahora con aceite.
También estuvo en el encuentro el primer teniente de alcalde de Cieza, Luis Herrera, feliz con una iniciativa «a la que nos sumamos desde el primer momento, ofreciendo lo que tenemos, el lavadero y el parque anexo, todo con un doble objetivo, traer a la memoria de los más jóvenes aquel oficio de lavanderas y ahondar en la conciencia medio ambiental elaborando jabones a base de aceite, todo de una forma entretenida».
Herrera dejó claro que «en este tipo de iniciativas siempre encontrarán el apoyo de este Ayuntamiento».
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