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Los Corrales de Buelna cuenta ya con dos amplios locales preparados y dotados de servicios esenciales para que los vecinos puedan celebrar sus fiestas particulares, desde un cumpleaños a un bautizo, un encuentro de amigos o una reunión familiar. Los dos se abren en edificios incorporados al patrimonio inmueble municipal, locales restaurados para lograr la mayor comodidad a la hora de organizar cualquier cita, los dos con parques infantiles próximos y los dos con fácil acceso y cómodo aparcamiento.
«Restauramos así un servicio muy demandado por los vecinos», señalaron la concejal de Educación Cultura y Turismo, María Ángeles Lombilla, y la de Atención a la Ciudadanía, Lara Aguado, tras visitar el local reabierto en lo que fueron las escuelas de Barros, dos pisos y cerca de 100 metros cuadrados «para poder disfrutar de una jornada perfecta». «Hemos realizado un lavado de cara a este espacio para que podáis disfrutar lo mejor posible de vuestras celebraciones», decían las dos concejalas.
Los locales se ceden, previa reserva y elección de fecha libre en el registro del Ayuntamiento, de nueve de la mañana a nueve y media de la noche, con la premisa de que las personas responsables de la reserva dejen todo por la noche como se lo encontraron por la mañana.
La demanda es tan alta que el local de Barros ya está reservado para este fin de semana, una demanda que se alarga durante todo el año. «Aquel que desee utilizar cualquiera de los dos locales debe rellenar un formulario en el Ayuntamiento, aceptando las condiciones de uso, y en ese momento se informa de todo lo que necesitan saber sobre esa cesión».
El local de Barros es «una joya» de dos pisos, con aseo adaptado, cocina con fregadero, electricidad y amplios espacios, dentro y fuera del edificio, un parque infantil y un campo de fútbol donde celebrar de todo tipo de actos deportivos o lúdicos.
En el Bardalón, el edificio de Juan XXIII también cuenta con todos esos servicios y un amplio espacio exterior con parque infantil. Son 70 metros cuadrados que, como será en el caso de Barros, apenas descansan los fines de semana.
«Desde hace años era una demanda vecinal, colectivos que tenían que irse a otros municipios para conseguir locales así. Ahora los tenemos aquí y, desde luego, están más que preparados para cualquier celebración».
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