Para la décima edición se han planteado otras novedades. El color de la camiseta pasará del blanco al rosa y se repartirán 10.000 a partir del 24 de febrero, fecha en la que se espera abrir el plazo de inscripción a través de la web de la asociación.
Una edición en la que el pistoletazo de salida lo dará un hombre que ha colaborado en todas las ediciones y a todos los niveles, Emilio Amavisca, deportista de elite muy implicado con la asociación corraliega.
El resto seguirá los parámetros de ediciones anteriores de un evento que recoge el legado de su creadora, la malograda Almudena Ruiz Pellón, una alimentación sana y ejercicio físico como mejores armas para combatir el cáncer. Una marcha organizada por Asociación Luchamos por la Vida, presidida por la hermana de la fundadora, Noelia Ruiz, que se ha convertido en el evento solidario más importante de Cantabria, con la participación, el año pasado, de más de 8.000 personas, un centenar largo de empresas colaboradoras y decenas de voluntarios «que son el alma de la carrera, antes, durante y después», como reconocía Ricardo Martínez. Y tras todo ello, una intención clara, la entrega de la recaudación íntegra a la investigación contra el cáncer.
Entrega de la recaudación
La marcha es una más de las citas en las que la Asociación Luchamos por la Vida recauda fondos para la lucha contra el cáncer. La labor de los voluntarios de la asociación se alarga durante todo el año y prueba de ello es la cantidad entregada hace apenas unos días a dos proyectos de investigación, 30.000 euros
El salón de Baile del palacio de la Magdalena acogió el acto de entrega de dos cheques. Uno de 18.000 euros para el grupo de investigación digestiva del IDIVAL, un proyecto de nuevos marcadores clínicos para el diagnóstico y tratamiento del carcinoma hepatocelular. Otro de 12.000 euros para un proyecto de nanovacunas basadas en listeria y su aplicación como terapia anti-tumoral. El primero dirigido por los doctores Javier Crespo, Carlos Rodríguez y José Pedro Vaqué y el segundo por Carmen Álvarez y Fernando Rivera.
La entrega es la culminación, decía Ricardo Martínez, de la «labor de decenas de voluntarios a lo largo de todo un año de entrega»
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