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El árbol de Navidad de Cartes tiene truco. Es un gigante, sí. Se ve desde la autovía y desde los pueblos de alrededor. También. No hay edificio en Cantabria que sea tan alto. Otra verdad. Pero no mide 65 metros, como se ha dicho hasta ... ahora. La cifra exacta, según han comprobado por la altura que marcaba el dron que tomaba imágenes estos días, está por encima de los 66. O sea, que, de largo, es el más grande de España y raro sería que no lo fuera de Europa. Son cuarenta toneladas de estructura, 24.000 metros de luces led y 480.000 bombillas. Una barbaridad. Precisiones aparte –porque las ilusiones no se miden en cifras–, miles de personas asistieron para ver cómo se encendía esta mole navideña. Sobre todo, los vecinos del pueblo, que lo han visto 'crecer' estas últimas semanas. Todos aplaudieron y gritaron a rabiar cuando Marco, de 17 años, y Hugo, de 10, movieron la enorme palanca coronada por una bola blanca que activaba simbólicamente el mecanismo. Ellos dos –les faltaba el tercero del grupo, también Hugo, que está en Madrid– son miembros de la asociación Cuestión de Aptitud, que trabaja por las personas con discapacidad. Eso sí que es dar luz.
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Al Camino Real de la villa, con sus torreones, no le hacen falta luces para ser una de las calles más bellas de Cantabria. Pero con ellas está espectacular. De cuento. Hay unos puestos en la Plaza del Ayuntamiento y los que fueron sin prisa se sacaron fotos con los adornos del Poblado de la Navidad en el parque. En las casas, unas guirnaldas de luz dorada le dan un toque casi mágico al paseo. Han puesto un par de figuras de cascanueces a la altura del torreón ideales para las fotos que estos días van a abarrotar Instagram. Y luego está el árbol. El gigante.
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Javier Gangoiti
Álvaro Machín
No muy lejos de la estructura hay una grúa de las obras en unos pisos. Al lado del 'adornón' navideño parece de juguete. «A mí me dicen ahora que suba ahí arriba y me hacen millonaria y no subo», comentaba una señora. Porque el asunto da para bromas. «Para hacerse una foto y que se vea hay que tumbarse en el suelo». O: «¿Te imaginas que lo van a encender y se apaga todo Cartes?».
Pues no. No pasó nada. A eso de las siete y cuarto dejaron pasar a los que hacían cola en la entrada del parque donde lo han colocado. No parecían tantos, en principio, pero eran muchísimos (el alcalde, Agustín Molleda, aseguró que 15.000 personas). Para esa hora, la carretera andaba colapsada por Santiago de Cartes y aparcar a tiro de piedra ya era un milagro.
Hubo un vídeo con las imágenes de la Navidad en el pueblo, presencia de autoridades (estaban la presidenta Buruaga o la delegada del Gobierno, Quiñones, entre otros), villancicos a cargo de los cantantes de la Orquesta Malassia –en estas cosas, hoy en día, si no cantan el 'All I want for Christmas...' es como si no valiera– y, sobre todo, la ilusión de los críos, que es lo que hace que estas fiestas merezcan la pena. «Van al colegio aquí mismo, al lado, y han visto cómo lo montaban desde el principio. Así que están como locos», comentaban las madres de cinco chavalucos encaramados a la valla en primera fila. Ellos vieron desde cerca el color dorado del árbol cuando llegó el momento. Y, al rato, muchos pudieron atravesarlo, porque un pasadizo recorre los bajos de la estructura (van a ver cientos de fotos y vídeos en las redes estos días). Si el objetivo era atraer gente y atención (había medios nacionales), el primer paso ya está dado. A costa de esos 66 metros.
Fue, en general, una noche de luces. O de lucir 'fichajes'. En Los Corrales, según informa Nacho Cavia, estrenaron el espectáculo 'Navidad a tiempo' en la Plaza de la Constitución. El montaje es de Francisco Cano (el artífice de la famosa casa de Parbayón) y de su socio, reclutados para la ocasión por el ayuntamiento. En Castro Urdiales ya ficharon en su día a la empresa que, entre otros lugares, ha decorado Vigo (sí, la que compite, según su alcalde, con Nueva York). También le dieron al botón este martes. Como en Camargo o en Piélagos, que igualmente pretenden atraer visitantes con sus adornos. Además, en Santander abrió sus puertas el mercado de la Plaza de Pombo. Todos, con un puente a la vista, días libres para los vecinos y turistas dando vueltas, quieren que sus luces 'deslumbren' –de emoción– a sus visitantes. Y así, ya de paso, les animen a echar la mano al bolsillo.
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