Cultura no devolverá las piezas de la ermita de Raicedo a Arenas de Iguña

No mucho antes fue la reclamación de una recompensa por el descubrimiento de varias piezas de un arco románico de esa ermita, a continuación vino la versión que dieron los vecinos sobre el previo conocimiento que tenían de la existencia de esa ermita y, más tarde, el hallazgo de nuevas piezas de ese arco que se pusieron en manos del Ayuntamiento de Arenas de Iguña.

El Consistorio, por no tener un lugar adecuado para su conservación, las entregó en custodia al Mupac mientras buscaba dónde mostrarlas al público. Un nuevo capítulo se abrió recientemente, cuando el Ayuntamiento inauguró una plaza que ya tiene un monolito que avanza que ese lugar era el elegido para exponer esas piedras históricas, reclamando a Cultura su devolución.

La contestación ha llegado recientemente, para asombro de un alcalde, Pablo Gómez, que afea la negativa de la Consejería de Cultura a devolver esas piezas. «Se dejaron en Cultura solamente en depósito, mientras se habilitaba un lugar adecuado donde exponerlas, en su pueblo de procedencia, y ahora no nos devuelven lo que es nuestro».

La carta de Cultura no deja margen para la especulación, no se devolverán porque «el lugar de destino y estancia al aire libre, no cumple las condiciones para la correcta conservación y salvaguarda de los bienes, considerándose motivos suficientes para desaconsejar el préstamo temporal en el emplazamiento solicitado».

En el Consistorio están extrañados con la explicación previa sobre quién es el propietario de las piedras. Habla el informe de Cultura de un «préstamo temporal» de cinco elementos arquitectónicos de atribución románica, «que actualmente son titularidad del Gobierno de Cantabria, pertenecientes a las colecciones del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, halladas casualmente en el entorno del paraje de 'La Colá', cercano a los restos de las ruinas de una pequeña edificación de piedra en el barrio de San Juan de Raicedo».

El informe de Cultura también se refiere a la petición del Ayuntamiento de exponerlas «al aire libre en una plaza construida para tal fin en las inmediaciones de ese lugar», desestimando la propuesta «por cuanto puede implicar la pérdida irreversible de los bienes de patrimonio arqueológico solicitados».

En el Ayuntamiento las tienen como suyas, de ahí la extrañeza de un Consistorio al que ahora le queda poco más que una queja amarga y, desde luego, algo más práctico, interponer un recurso potestativo de reposición, además de una impugnación directa ante la jurisdicción contencioso administrativa.

Quizá el más sorprendido por la negativa de Cultura a que las piezas románicas regresen a Arenas de Iguña es la persona que descubrió esas piedras talladas y las entregó al Ayuntamiento para su custodia, Alfonso Ibáñez Riaño, cronista de San Juan de Raicedo y conocedor profundo de esas ruinas. Tras tener noticia de esa negativa ha sido tajante: «voy a hacer todo lo posible para que esas piedras o partes de ellas retornen al pueblo».

Alfonso Ibáñez es autor del libro 'Memoria de San Juan de Raicedo, pueblo y patrimonio; homenaje a nuestros mayores', un trabajo en el que ya se hace referencia expresa a las ruinas de la ermita, de la que las autoridades, asegura, ya tenían conocimiento en los años 80 del siglo pasado.

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