La draga salió prácticamente de una pieza aunque en el fondo quedó algo de chatarra suelta, que se recuperará próximamente. Al cierre de esta edición, la embarcación se encontraba reflotada en el punto donde se hundió a la espera de la llegada de un barco remolcador, que tardaría unas diez horas. Mientras tanto, se realizarían diversas comprobaciones.
La labor de reflotamiento se había encomendado inicialmente a la empresa vasca BAM Maritime, pero su segundo plan fue rechazado después de un primer intento fallido, como explicaba el Capitán Marítimo de Santander, César Díez, en cuyas últimas declaraciones a El Diario Montañés expuso que la nueva compañía encargada de las labores es de Algeciras (Cádiz) y cuenta con una dilatada experiencia en reflotamientos de embarcaciones.
El responsable de la anterior empresa encargada de los trabajos, reconocía que la labor era «muy difícil»
Díez expuso que UCS fue nombrada el verano pasado por el seguro y se planeaba que los trabajos se realizaran entre los meses de mayo y julio de este año, la época más propicia para ello en atención a las condiciones del mar. Sin embargo, las circunstancias relacionadas con el coronavirus y la consecuente dificultad para contar con los materiales necesarios para el reflotamiento supusieron el retraso del inicio de los trabajos hasta finales de julio, época en la que, por otra parte, las corrientes son muy fuertes.
Los trabajos de la nueva empresa comenzaron por fondear el barco especializado con cuatro puntos sobre el pecio y desde allí empezaron las inmersiones y el reconocimiento del área. Los buzos se encontraron la posición de los restos del barco cambiada con respecto a la que había en octubre del año pasado y comprobaron que se habían ido enterrando de manera paulatina.
Iñaki Beldarrain, responsable de la empresa que anteriormente tenía encomendadas las labores de reflotamiento, confirmaba en octubre del año pasado que en base a la nueva autorización con la que contaba se habían realizado operaciones mediante las cuales se comprobaba que «el barco estaba completamente enterrado». Desde la experiencia de su empresa y tras «una serie de pruebas realizadas», consideraba entonces que se trataba de una operación «muy difícil».
Vertido de combustible
Por otra parte, durante la tarde, en las playas de La Concha y La Ribera ondeó la bandera roja por haber aparecido en el mar restos de combustible, que se relacionaron con los trabajos realizados para el reflotamiento de la draga. Los socorristas avisaron a los bañistas para que evitaran el baño y posteriormente se ocuparon de dispersar los restos, tras lo que dieron por buenas las condiciones del agua. En la jornada de hoy se realizará una nueva revisión de la calidad del agua.
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