Red Eléctrica da un paso más para una obra de 26 kilómetros de alta tensión

En el El Diario Montañés del miércoles se publicó un anuncio de Industria para iniciar el proceso de información pública en torno a la «solicitud de autorización administrativa», la «autorización administrativa de construcción y declaración en concepto de utilidad pública» y el «estudio de impacto ambiental» del proyecto. Ahí se detallaba la larga lista de parcelas afectadas en los seis municipios. Son Camargo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Polanco, Torrelavega y Reocín. Un tramo de línea aérea de 18,08 kilómetros y otro, subterráneo, de 7,7. Para explicarlo de forma sencilla (las cuestiones técnicas figuraban en el anuncio), lo que se ejecutaría es el mallado de la red. Mallar supone, en la práctica, ampliar el número de conducciones por el que se transporta esa energía, «y, si falla un camino, tenemos otro de seguridad». «Se evitan pérdidas de energía en el transporte por líneas de alta tensión», insiste Alvear.

El responsable de Industria recalca lo «prioritario» de este asunto para su departamento -su intención es la de agilizar los trámites «en la medida de lo posible»- para garantizar el suministro tanto en los núcleos urbanos a los que afecta como en la gran industria concentrada en este entorno. «Aunque es un proceso largo, creemos que es importante para la región y no queremos que el expediente decaiga». En este sentido, explica que, si bien la red con la que cuenta Cantabria funciona correctamente, esta actuación supone una garantía y mayor seguridad para evitar cortes y problemas en el futuro. «Por eso nosotros no queremos que se pierda esta inversión», incide.

Hablar de plazos, eso sí, no tiene por ahora mucho sentido. El proyecto ya se sometió a información pública en 2019 «y entre las alegaciones presentadas hay varias que han motivado las modificaciones que ahora vuelven a hacerse públicas», detalla el Ejecutivo regional. En este documento modificado figuran cambios de trazados subterráneos y también aéreos de apoyo, «entre ellos los que permitirán la operativa del aeródromo Quijano, ubicado en Piélagos, para dejar libres las zonas de despegue y aterrizaje de las pistas», señala Industria. Desde Red Eléctrica de España -que ayer no ofreció a este periódico muchas explicaciones sobre el proyecto y se remitió a la «aprobación de la Planificación eléctrica 21-26, que en breve pasará por Consejo de Ministros»-, indican que las modificaciones «no presentan cambios sustanciales o significativos desde el punto de vista ambiental» respecto del proyecto inicial.

Habrá que ver si reciben el visto bueno. Saber, por ejemplo, si están conformes los propietarios de las 491 parcelas (en 68 están previstos tramos subterráneos y en 423 tramos aéreos). Piélagos (214 parcelas) y Camargo (174) son los municipios más afectados y Reocín (2) y Polanco (3) los que menos en cuanto al número de fincas. En general, hay terrenos de los ayuntamientos, de instituciones del Estado, de empresas y de particulares. Vías de comunicación, prados o praderas, áreas de monte bajo, parcelas urbanas, zonas de hidrografía natural, un aparcamiento, áreas de eucaliptos... Sobre algunas fincas hay derechos mineros que están en manos de Hormigones Santander y, sobre todo, de Solvay.

Más allá de los permisos de Industria y de las alegaciones, será la Dirección General de Medio Ambiente la que tenga que dar el visto bueno al impacto ambiental. El estudio de Red Eléctrica es un documento amplio (140 páginas) en el que se destaca que se incluyen en el ámbito de estudio zonas de La Viesca, el Pozo Tremeo y el área de las Cuevas del Pendo-Peñajorao, algo que ya ha despertado algunas críticas.