Enriqueta Bosch: «Cantabria es maravillosa, pero debe desarrollarse más en el ámbito cultural»

-El primer titular del Ducado de Santo Mauro se remonta a 1890 y fue concedido por Alfonso XIII a Mariano Fernández de Henestrosa y Ortiz de Mioño. El linaje llega hasta su marido, Álvaro Fernández Villaverde y Silva, V duque de Santo Maruro y XV marqués de Santa Cruz de Mudela, con el que se casó en el año 2002. ¿Cómo se conocieron?

-En casa de un amigo común en Barcelona, tras lo cual cada uno siguió su camino, aunque fuimos coincidiendo después en otras ocasiones. A través de él conocí Cantabria hace 22 años y ahora tengo una hija que reside aquí.

-¿Siempre han veraneado en el palacio de Los Hornilos?

-Sí, siempre, pero no es un palacio, sino una casa grande de arquitectura inglesa. La gente le ha puesto el nombre de palacio, pero no es correcto.

-¿Qué opinión le merece Cantabria?

-Es una comunidad muy bonita, con una agricultura maravillosa, paisajes preciosos, playas y gente muy amable. Los pueblos mantienen la arquitectura original, con esas casas típicas. Luego están todas las iglesias románicas que dan tanta paz.

-¿Está bien conservado el patrimonio cultural?

-En general diría que sí, salvo en zonas concretas donde se ha edificado para la gente que viene en verano. Pero por ejemplo, Santillana del Mar está muy bien conservado, Bárcena Mayor y Potes también. Luego hay otros pueblos con mucho carácter, como Molledo o Ruiloba.

-¿Cómo ha cambiado el turismo en Cantabria en los últimos veinte años?

-Muchísimo. Ahora en el mes de agosto es mejor que te quedes en casa. No hay un solo restaurante donde conseguir mesa y las carreteras están atestadas de coches, igual que las playas. Es una invasión, pero es productiva, porque ayuda a mucha gente a vivir. El expresidente, Miguel Ángel Revilla, ha dado a conocer Cantabria. Santander se ha ido desarrollando como ciudad y cada vez tiene más vida. El surf también tiene mucho tirón y se practica durante todo el año. Incluso en invierno, cuando paseo con mi hija por el Sardinero, vemos gente haciendo surf.

-Si se potenciase, ¿contribuiría a desestacionalizar el turismo?

-Sí, aunque para eso Cantabria debe mejorar también las comunicaciones, porque no son muy buenas. Por otro lado, tendría que desarrollarse más en el ámbito cultural. Por ejemplo, a la Fundación Botín le falta un empuje con exposiciones más punteras. En Santander tampoco hay hoteles de cierto nivel que sean conocidos en el ámbito internacional. A pesar de todo, poco a poco se irán consiguiendo más cosas. No se conquistó Zamora en una hora.

-¿En algún momento se ha planteado hacer de la casa de Los Hornillos un edificio visitable, abierto al público?

-Sí, pero supondría un gasto añadido tremendo, porque habría que contratar vigilantes y procurar que no se destroce nada o se encarecería el mantenimiento de la casa. Se podría hacer si la Administración cooperase de alguna manera, de forma que el gasto no recaiga solamente sobre el propietario.

-Tuvo mucha repercusión la grabación de la película de 'Los Otros'

-Se produjo una invasión, porque aunque en la entrada a la finca hay un cartel en el que pone «no pasar, camino particular», la gente en estas ocasiones se vuelve ciega. Hay personas amables que se lo toman bien cuando les llamas la atención y otras que se ponen impertinentes, pero sí notamos que viene más gente que antes de la película.

-Durante el año reside en Barcelona, una ciudad saturada desde el punto de vista turístico. ¿Existen alternativas al turismo masivo?

-Lo que ha pasado en Barcelona ha sido una pena, porque ha habido unas autoridades que rechazaban el turismo selectivo. No han dejado que se establezcan hoteles de lujo en la ciudad, ni que vengan cruceros de lujo. Este tipo de turismo aporta riqueza. Los taxistas trabajarían más, los camareros trabajarían más y las tiendas venderían más.