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Los robos perpetrados en viviendas han crecido en Cantabria y llegan a una media de dos al día, tal y como se constata en ... el informe de criminalidad del Ministerio del Interior del que dio ayer cuenta El Diario Montañés. Cada vez son más las localidades que sufren esta oleada de robos. Localidades como Cortiguera (Suances), donde los vecinos han denunciado ante la Guardia Civil al menos cuatro incidentes de este tipo en los últimos días.
Dos de estas denuncias corresponden a episodios que tuvieron lugar el pasado jueves en la urbanización Los Laureles, de la calle La Aldea. Allí, en uno de los casos, fue forzado el acceso de una vivienda con un joven en su interior que se encontraba estudiando. El segundo caso corresponde a una residencia de verano, por lo que no había nadie en su interior en el momento del suceso. La alarma de esta última se activó ante el intento de acceso y este hecho debió de servir para ahuyentar a los intrusos, según explican los afectados.
En otra casa del mismo barrio, también la semana pasada, se produjo un robo de dinero y joyas mientras los propietarios se encontraban de viaje. Además, hace diez días otro vecino denunció el robo de su coche, que había dejado aparcado con la llave puesta. Finalmente, el vehículo apareció estrellado en el faro de Suances.
En el caso del chalé donde el ventanal fue forzado con el chico de 16 años dentro, su madre explicó ayer a este periódico que se ausentó de casa durante media hora para hacer un recado, de seis y media a siete. Al volver al domicilio y entrar al salón se dio cuenta de que entraba frío de la calle y pensó que alguno de sus hijos había dejado abierto el ventanal, pero al acercarse vio que había sido forzado. «Lo primero que pensé fue que mi hijo había salido porque no imaginaba que fueran a entrar con gente dentro, pero luego me acordé de que había oído decir a las vecinas que estos días había habido algún robo», comentaba ayer. Para acceder a ambas casas de esta urbanización, situadas en la misma fila, los individuos tuvieron que atravesar una finca particular que está junto a la carretera, y saltar una verja de unos dos metros de altura. Todo, a oscuras.
No se llevaron nada. «Casualmente, me había llevado el bolso, que a veces lo dejó aquí posado, porque tenía que hacer un pago», indicaba la mujer, sorprendida porque hayan entrado «con una persona dentro». Tanto ella como otros vecinos de la urbanización expresaban ayer que están «intranquilos» desde que conocieron los hechos.
Por su parte, el alcalde de Suances, Andrés Ruiz Moya, explicó que desde los diferentes ámbitos se tratará de evitar que se repitan episodios de este tipo «con las medidas correspondientes». Ruiz Moya aseguró que tanto la Policía Local como la Guardia Civil «son conscientes y están haciendo su labor de investigación». Y en respuesta a algunas quejas vecinales que critican la ausencia de agentes por la zona, el regidor rebate que en este tipo de trabajos «precisamente tienen que ser discretos y saber camuflarse».
«Estamos extremando todo tipo de medidas de control y vigilancia porque, además, por estas fechas, cada vez que hay cambio de horario, en todos los sitios se dan estas situaciones», añade el alcalde, que, no obstante, asegura que «no es preocupante» y va en la línea de «cualquier municipio». Como publicó ayer este periódico, a raíz de un informe del Ministerio del Interior, entre los meses de enero y septiembre se registraron 747 denuncias en Cantabria.
La Guardia Civil ha detenido a cinco personas -tres adultos y dos menores- por cometer presuntamente 26 robos a personas mayores cuando extraían dinero en efectivo en cajeros automáticos. Actuaban en las provincias de Toledo, Madrid, Ávila, Albacete, Guadalajara, Cantabria y Murcia. Según ha señalado en rueda de prensa la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, el 'modus operandi' de este grupo criminal consistía en distraer a estas personas mayores cuando se disponían a sacar dinero, logrando sustraer entre 600 y 1.000 euros por víctima.
Si las víctimas se daban cuenta del engaño los atracadores no dudaban en usar la violencia golpeándolas o empujándolas para conseguir su objetivo, ha indicado la máxima responsable de la Benemérita. La investigación se inició el pasado julio por un robo cometido en la localidad toledana de Esquivias en el que los supuestos ladrones consiguieron un botín de 600 euros. Fue el grupo Ceres de la Comandancia de Toledo el que se hizo cargo de la investigación.
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