Una peligrosa banda de Vizcaya robó las armas a la Policía Local de Los Corrales

La propia Ertzaintza ha recordado en un documento interno –dirigido a sus agentes y que ha sido difundido a través de las redes sociales– que los supuestos autores son «delincuentes habituales» y solicita que se «extremen las precauciones» en caso de que las fuerzas del orden tengan que proceder a una posible identificación y/o detención de cualquiera de los sospechosos.

Según el informe de la Ertzaintza, al que ha tenido acceso El Diario Montañés, la responsabilidad del robo se atribuye a E. I. S., A. L. A. e I. T. M., al que se suma «un joven», del que se desconoce su identidad. Todos ellos «utilizaron» un vehículo Renault Clio de color azul y un Audi para cometer, supuestamente, el robo en Los Corrales.

Posteriormente, según informa a sus agentes la Policía vasca, dos de las pistolas sustraídas fueron entregadas a A. S. B., uno de los integrantes del 'clan Santacoloma' (también muy conocido por su amplio historial delictivo), que, a su vez, se las entregó a un hermano, A. S., «quien las probó en una zona de monte».

Tras esto y según la información recabada por los agentes, el portador de las dos armas, A. S., se quedó con una de ellas y la otra se la entregó a otra persona, Ó. G. M.

Ante estas informaciones y dado que estas personas son «delincuentes habituales y que cometen casi a diario hechos delictivos de variada índole (robos en domicilio, en trasteros, en locales, 'vuelcos de droga'...)», la Ertzaintza ha avisado para que los recursos de protección ciudadana «extremen las precauciones» en caso de tener que identificar y/o detener a cualquiera de las personas mencionadas, «ante la posibilidad de que, en el momento de la actuación que se pueda tener con ellos, puedan portar armas de fuego».

Al margen de la información que ha difundido la Policía vasca entre sus agentes, fuentes cercanas a la investigación han desvelado a este periódico que hay abiertas otras líneas de investigación. Es más, no se descarta que el caso pueda dar un giro de 180 grados en cualquier momento. Y es que la Guardia Civil de Cantabria prosigue con su propia investigación para dar con los autores del robo del armero de la Policía Local de Los Corrales de Buelna, que contenía 13 pistolas, unas dos mil balas y, al menos, un chaleco antibalas.

La 'banda del Kay' es un peligroso grupo asentado en Bilbao que lleva más de dos décadas delinquiendo y está especializada en robos con fuerza y alunizajes. Aunque su radio de acción está centrado sobre todo en el País Vasco, también salen a 'trabajar' en territorios limítrofes, sobre todo en La Rioja, en Burgos o en Cantabria. Dentro del grupo hay integrantes de edades muy diversas, desde veinteañeros a otros de más de 50, y alguno cuenta con antecedentes desde la adolescencia. Desde hace un tiempo, se han integrado con miembros de otra histórica banda vasca, los 'Santacoloma', un conocido clan familiar del barrio de Otxarkoaga, uno de los más deprimidos de Bilbao, y que al parecer han sido socios en este golpe dado a la Policía Local de Los Corrales de Buelna.

Los 'Santacoloma' empezaron a cometer robos cuando apenas eran unos niños. Se les atribuyen algunos de los asaltos más sonados de Vizcaya. Están especializados en el robo de coches de la marca Volkswagen, que, por su potencia, utilizan en las fugas o como ariete en sus golpes. Se les imputan 115 robos, entre ellos 35 sustracciones de vehículos y 80 asaltos en empresas, bares, restaurantes, estancos, trasteros, una perfumería o gasolineras.

En abril de 2019 su nombre salió a la palestra cuando dos de sus integrantes fueron vinculados por la Ertzaintza, junto con la 'banda del Kay', en unos 80 robos en bares, estancos y empresas de Bilbao y territorios limítrofes, y de otros 35 de coches que utilizaban para cometer los robos. La Policía vasca detuvo a cinco integrantes de la 'banda del Kay' y tras ser puestos a disposición judicial en Balmaseda, la jueza les dejó en libertad provisional con cargos y con la obligación de personarse en el juzgado cada quince días. La decisión de no decretar prisión preventiva, medida que sí solicitaba el fiscal en este caso, generó malestar en el seno de la Policía autonómica.

Dos meses después de este suceso, cuatro integrantes de esta misma banda, uno de ellos acabó detenido, intentaron acuchillar a varios ertzainas durante una huida tras asaltar dos bares en Portugalete y Durango. La Policía desplegó entonces sus medios por tierra y aire para intentar localizar a los fugados, delincuentes con un amplio historial, peligrosos y armados. Uno de los huidos, identificado como K.K., de 48 años y origen argelino, ha protagonizado más de un centenar de actuaciones de la Ertzaintza. Con antecedentes por robos con fuerza, en domicilios y con violencia, fue finalmente localizado y arrestado.