Una familia ocupa ilegalmente una casa de Ganzo que estaba vacía y a la venta

El allanamiento se produjo en la mañana del lunes y uno de los propietarios, que reside a unos metros de la casa, llamó a la Policía alertando del hecho. Los agentes se personaron en el lugar y procedieron a identificar a los miembros de la familia, abriendo así unas diligencias que trasladaron al juzgado. El contrato de alquiler que mostró la familia resultó ser falso.

Así lo afirma una de las propietarias, que prefiere no dar su nombre. «Es papel mojado; no viene ni siquiera el número y la dirección de la casa. Es todo un cuento», señala. «Esa casa tiene dos plantas y una finca grande -explica-. Era de unas tías mayores que eran solteras y ya fallecieron. Ahora somos propietarios los sobrinos, todos mayores de 80 años».

El inmueble se encontraba a la venta desde hace varios años, pero las cosas han cambiado radicalmente: «Rompieron los candados y quitaron los carteles. Hace tiempo dimos de baja el agua y la luz, pero anoche la casa estaba iluminada. No sé dónde habrán enganchado. Son varias parejas y hay niños pequeños. El lunes se juntaron hasta 30, supongo que para celebrarlo».

A la propietaria no le gustó que la Policía no realizase el desalojo el mismo lunes, pero los agentes alegan que sólo pueden realizar detenciones por robo o allanamiento de morada cuando se están cometiendo esos delitos. La mujer recuerda que pasaron ese primer día «entre la Comisaría y los juzgados» y asegura que han presentado «toda la documentación», por lo que espera que la «pesadilla» acabe en breve.

La vivienda está situada en la confluencia de la carretera que une el pueblo con La Turbera y el antiguo acceso a Sierrallana. Son muchos los curiosos que la miran al pasar e incluso la fotografían. El asunto ha corrido como la pólvora en las redes sociales. Una joven fue la primera que alertó de la situación en su perfil de Facebook y más de 2.000 personas compartieron la noticia. Incluso se formaron grupos de WhatsApp en los que se llegó a proponer el desalojo por la fuerza. La agitación inicial parece que ha dado paso a mayor tranquilidad.

No es el único caso de ocupación ilegal que sufre Torrelavega. Vecinos de la calle Marqueses de Valdecilla y Pelayo, del barrio La Inmobiliaria, ya denunciaron el año pasado, a través de este periódico, «la indefensión» en la que se encuentran debido al estado de un bloque de viviendas abandonado en el que viven varias familias. Se trata de un edificio que en su momento quedó en manos de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Dicho inmueble ya sufrió, según relatan los vecinos de las viviendas colindantes, la presencia de okupas con anterioridad, pero «hasta ahora no habíamos tenido grandes dificultades».

Una de las vecinas afectadas aseguraba que el deterioro externo del edificio es «grave», además de las humedades que presenta la estructura y el interior de las viviendas, lo que «está provocando la pérdida de solidez de los muros de carga y de no intervenir a tiempo puede derivar en la ruina total». El 'banco malo' también es propietario de un edificio de Barreda que tiene problemas similares.

«Indefensión» y «arbitrariedad» son las palabras que más repiten estos días los abogados especializados en ocupaciones cuando se refieren a las situaciones que viven sus clientes cuando un desconocido les toma el piso, la casa, un local... Según algunos letrados, están fallando la ley, los juzgados y la propia Policía.