San Felices devuelve los árboles al Dobra

En cuanto a la reforestación, entre los montes Tejas y Dobra se han plantado en esta legislatura cerca de 30.000 árboles, la «herencia» que el equipo de gobierno municipal que preside José Antonio González Linares quiere dejar a las futuras generaciones. Respecto a las canteras, de momento ya se han recuperado para la naturaleza dos de ellas.

En ese sentido, el Ayuntamiento ha visto cumplida una vieja reivindicación de su alcalde, la restauración medioambiental de la cantera La Covadonga-Peñamingorda tras el abandono de la explotación por parte de la empresa Hormisa (Canteras y Hormigones Santander SL). El concejal de Montes y Ganadería, Borja Gutiérrez, explicó ayer que se han plantado cerca de 3.000 árboles autóctonos y de crecimiento rápido, entre encinas, hayas, laureles, abedules o fresnos y robles.

Todo ese trabajo se ha protegido con un cierre perimetral de unos 510 metros, una malla metálica de simple torsión, libre en la parte inferior para permitir el paso de la fauna y con postes cada cuatro metros. También se ha reparado el vallado de 617 metros que estaba en malas condiciones y el resto del perímetro, que alcanza una longitud de otros 511 metros. El plan, a costa de la empresa, ha incluido también trabajos de desbroce, limpieza, mantenimiento y conservación.

La restauración ha supuesto un coste de más de 25.000 euros y ha centrado la actuación en la parte alta de la cantera, añadiendo a la plantación de árboles y arbustos de distintas especies y portes de forma aleatoria, formando bosquetes que facilitarán la acogida de fauna, especialmente de aves, propiciando de forma natural la colonización del resto de la superficie.

El alcalde recordó que no es la primera cantera restaurada. Hace ocho años se recuperó la cantera San Antonio, una actuación semejante que afrontó la empresa Arruti.

José Antonio González Linares ha querido reivindicar estos días las medidas adoptadas por el Ayuntamiento que preside en defensa del monte Dobra, tanto desde el nuevo Plan General de Ordenación Urbana como en una concreta normativa municipal aprobada en 2012 que defiende el valor paisajístico del macizo. No era una moción genérica, de alabanza a la grandeza natural, geológica y arqueológica de ese macizo, sino medidas concretas como la inclusión en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de toda la cara sur del macizo como zona protegida de interés cultural y paisajístico o la no concesión de ninguna licencia de extracción minera más en el monte Dobra, denegando desde ese momento cualquier tipo de voladura en el área de protección.