San Felices festeja los 20 años del plan de restauración de la Torre Pero Niño

En 1999 el edificio histórico más importante de San Felices de Buelna estaba desahuciado. Era una quimera pensar que, con aquellas cuatro paredes medio derruidas, se podría hacer algo. Pero en mayo de ese año se celebraron elecciones municipales y en junio, un pacto de gobierno a tres bandas hizo que José Antonio González Linares llegara a la Alcaldía de San Felices con un objetivo muy claro, restaurar la entonces defenestrada Torre Pero Niño o de La Aguilera. A finales de aquel año presentó el primer proyecto de restauración de un edificio que se convirtió en el icono de la primera legislatura.

Lo tenía tan claro que el 24 de agosto de 1999, con apenas dos meses como alcalde, adelantó la idea al que era consejero de Cultura y Deportes, José Antonio Cagigas. En diciembre se presentó el proyecto y el 6 de abril de 2000 el Consejo de Gobierno aprobó el proyecto básico de restauración y acondicionamiento de la Torre. Todo un récord en los anales de la burocracia.

El proyecto contemplaba el acondicionamiento del interior del inmueble, preservando lo que quedaba de la estructura exterior del edificio. Se pretendía habilitar las tres plantas y destinar las instalaciones, en aquel entonces, a un Museo Arqueológico y Etnográfico, biblioteca y archivo municipal. Coincidiendo con el primer aniversario de la Alcaldía de González Linares el Consejo de Gobierno aprobaba el convenio entre la Consejería de Cultura y Deportes y el Ayuntamiento para la restauración de la Torre. Dos semanas más tarde, el 20 de junio de 2000, José Antonio Cagigas y González Linares firmaron el acuerdo para la financiación de las obras de rehabilitación. En una primera fase la Consejería aportaría 60.000 euros y el Ayuntamiento 40.000, para un proyecto que superaba en total los 300.000 euros. El 10 de octubre se adjudicaron las obras de la primera fase en 90.000 euros a la empresa INOR.

El siguiente año se logró incorporar a la Fundación Marcelino Botín en la financiación de la segunda fase, aportando cerca de 50.000 euros que se añadirían a otros 70.000 anotados por el Gobierno regional, un acuerdo al que se sumaba el Ayuntamiento con otros 20.000 euros y que se firmó el 8 de mayo de 2001. El 22 de septiembre se adjudicó la segunda fase de las obras a la empresa Ortíz Construcciones y Proyectos por algo más de 120.000 euros.

En junio de 2002, el segundo año de la legislatura se celebró firmando el acuerdo de colaboración para la tercera y última fase de rehabilitación de la Torre. Presupuestado en 75.410 euros, el Ayuntamiento recibiría 54.000 euros con cargo a los presupuestos de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes.

La Torre abrió sus puertas de nuevo el 20 de mayo de 2003 ante unos vecinos que abrían bien los ojos para creerse lo que había sido la materialización de un sueño. José Antonio Cagigas, la subdirectora de la Fundación Botín, Esperanza Botella, y José Antonio González Linares presidían la multitudinaria inauguración. Consejería, Fundación y Ayuntamiento culminaban un proyecto que había permitido restaurar completamente una Torre declarada Bien de Interés Cultural en 1983 y olvidada hasta hacía apenas cuatro años.

Algo más hubo que esperar para ver hecho realidad otro sueño, dotar de contenido al edificio. El 19 de febrero de 2007 la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte aprobó una inversión de 240.000 euros para dotar a la Torre de Pero Niño de la museografía y recursos necesarios para ponerla en valor, casi tanto como para restaurar el edificio. La exposición proyectaba mostrar los aspectos más singulares de la comarca; introducir al visitante en la sociedad feudal de comienzos del siglo XV y dar a conocer la biografía del Almirante Pero Niño.

Finalmente, el 12 de enero de 2008 el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Javier López Marcano, y el alcalde González Linares, inauguraron el centro de interpretación medieval de la Torre de Pero Niño.