El Gobierno entierra el proyecto del gran acuífero de Santillana que anunció Revilla

La Consejería de Fomento ha confirmado a El Diario Montañés que desecha por completo el proyecto y no hará ningún estudio de esas aguas por dos razones principales. La primera, según el departamento que dirige Roberto Media, es que existen «riesgos enormes de derrumbe» que podrían afectar a la Cueva de Altamira. Y la segunda es que el «abastecimiento de agua en Cantabria está asegurado con el embalse del Ebro». La primera consecuencia de esta decisión política es que queda anulado el concurso para adjudicar los sondeos, que ya se había licitado por un millón de euros y al que se habían presentado dos empresas.

El Ejecutivo también se apoya en un informe de su Dirección de Aguas que considera «inviable» seguir con el expediente del concurso, amparándose en un presunto rechazo del Patronato de la Cueva de Altamira, ya que es posible que el acuífero se extienda por debajo de Altamira y Chufin –ambas Patrimonio de la Humanidad– y otras cavidades con arte rupestre y yacimientos de alto valor patrimonial.

En ese documento fechado el pasado noviembre, la directora general de Aguas y Puertos, María Tejerina, considera que «no es viable» seguir con el proyecto y «debe resolverse». Argumenta que existen «una serie de condicionantes lo suficientemente importantes para cuestionarse la viabilidad» de la obra. Y cita, como el principal de ellos, la «oposición firme» del Patronato de las Cuevas de Altamira, que, según ella, ha planteado la posibilidad de utilizar la vía jurídica en caso de continuar adelante con el expediente. Sin embargo, el Patronato no se reúne desde enero del año pasado, cuando todavía no tenía conocimiento de este proyecto y, por tanto, «nunca ha tratado este asunto», asegura la directora de Altamira, Pilar Fatás.

El único contacto entre el Gobierno y la dirección de Altamira por este proyecto se reduce a una reunión técnica hace justo un año, en marzo de 2023. Este encuentro se produce a raíz de un correo electrónico entre miembros del departamento de Patrimonio y del de Aguas del Gobierno de Cantabria en febrero del año pasado, donde se menciona que la explotación del acuífero «podría conllevar una potencial modificación de condiciones naturales».

En el caso de Altamira, además, el mail dice que las perforaciones «podrían afectar al estrato carbonatado de la cueva, con el riesgo de que las vibraciones se transmitan por el soporte». Y para tratar este asunto se organiza una reunión en marzo de 2023 entre Obras Públicas, Patrimonio, Aguas, la directora de Altamira, Pilar Fatás, y el geólogo del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria Miguel Ángel Sánchez Carro.

Como explica Fatás, fue un encuentro «de buena fe» en el que sí se pusieron «reticencias» sobre la mesa, pero todo quedó pendiente de un informe y una comisión para estudiar en detalle el proyecto y poder, así, «conjugar los intereses de todos». «Y desde entonces no ha habido más. Quedamos a la espera y ni el anterior Gobierno ni el actual volvieron nunca a ponerse en contacto sobre este tema», asegura la directora de Altamira.

Desde Fomento señalan que no existe ningún informe del anterior Gobierno, ni a favor ni en contra del proyecto, y aunque no existen actas, han podido corroborar la celebración de dos reuniones la pasada legislatura en la que los técnicos avisaron al bipartito PRC-PSOE de la «barbaridad» que suponía hacer sondeos en esa zona.

La actual responsable de Aguas del Ejecutivo regional también menciona en su informe de hace cuatro meses que, además de los problemas sobre el patrimonio, existen «perjuicios» sobre la ampliación prevista de la depuradora de Santillana y el futuro depósito asociado a esa estación y a la Autovía del Agua.

📲 Sigue el canal de El Diario Montañés en WhatsApp para no perderte las noticias más destacadas del día.