Las Guerras Cántabras se hacen fuertes en Los Corrales de Buelna

Todo ello en una edición que cuida más los actos y al visitante, con un gran anfiteatro habilitado para que más de 2.000 personas sigan los actos sentadas, grandes pantallas, lugares de esparcimiento común y nuevas representaciones cortas en el campamento y en los alrededores del anfiteatro como prólogo a las representaciones teatralizadas.

La arena del anfiteatro se llenó de cántabros y romanos, de gladios, falcatas, pieles y corazas, ante los cientos de espectadores que se acercaron a Los Corrales. La Sacerdotisa Drusila y la Pitonisa Silenia fueron las encargadas de encender el Fuego Sagrado y pronunciar las primeras arengas y augurios. Sobre el mismo escenario se dieron cita los personajes principales de la veintena de obras teatrales que recrearán la historia durante los próximos días, desde el Cesar a Corocotta, Agripa o Vadón, además de las citadas Drusila y Selenia, Cayo Antistio, las diosas Cantabria y Minerva o el druida Virón y Mecenas. Todos en sus dos versiones, la adulta y la infantil.

En el gran escenario se rindió homenaje a los ausentes y se entregó la 'Tessera' a Laura Nicholls, jugadora internacional de baloncesto, medalla de plata en las Olimpiadas de Río de Janeiro de 2016. En las dos primeras ediciones ese símbolo de la amistad entre pueblos recayó en la presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España, Cayetana Guillén Cuervo, y en el artista internacional cántabro Okuda el primer año y en 2023 en los actores Loles León y Antonio Resines. La 'Tessera' la entregó la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, que reafirmó el «firme compromiso» del Gobierno regional con las Guerras Cántabras. También estuvo el alcalde anfitrión, Julio Arranz Ochoa, y la dirección de la Asociación Guerras Cántabras, encabezada por su presidente, Óscar del Val.

Desde el anfiteatro personajes, festeros y visitantes se trasladaron al cercano campamento, 10.000 metros cuadrados de acuartelamiento inaugurado cayendo ya la noche, tras la espectacular apertura de las puertas del Templo de Jano, estructura levantada a tamaño real en ese campamento, puertas que no se cerrarán hasta el último día de la batalla que ayer comenzó. Uno de los muchos actos teatralizados dirigidos por Anabel Díez, asesora artística y responsable de 20 representaciones escénicas al más alto nivel, todas protagonizadas por vecinos que dejan de lado unos días sus quehaceres habituales para convertirse en actores.

El sábado arranca a las 11 de la mañana con un concurso de cocina cántabro-romana, un taller infantil sobre elaboración de mosaicos romanos y las explicaciones de los asesores históricos sobre las Guerras Cántabras, además de una demostración de telares de tablilla cántabros. Sobre la una del mediodía se ofrecerá en el campamento una obra de teatro para los más pequeños y a las cinco una sesión de cuenta cuentos y los Ludi Iuvenales (juegos juveniles).

A las siete, en el exterior del anfiteatro, explicaciones sobre los actos que se representarán en el interior, y una hora más tarde se representará la Entrada de César Augusto y su enfrentamiento, cara a cara, con Corocotta, que le reclama la recompensa puesta sobre su propia cabeza.

Descanso y a las 11 de la noche, en ese anfiteatro el primer gran combate entre una unidad romana y un grupo cántabro defensor de su poblado, con más y mejores participantes, entrenados en los últimos días por maestros de armas.

El domingo ofrece un nuevo espectáculo infantil a las 11 de la mañana en el campamento, y a las 12 la presentación de los nuevos jóvenes festeros en el Templo de Jano. A la una habrá una demostración de lucha escénica en el campamento y la tarde, desde la cuatro y media, reunirá a los participantes en el Castrorum Ludi (juegos de campamento).

Los más jóvenes protagonizarán, desde las seis de la tarde, su particular Desfile General de Tribus y Legiones, entre el campamento y al anfiteatro, donde escenificarán una sesión del Senado romano y la reunión del Consejo de Tribus.

Ya a las ocho de la tarde, en ese anfiteatro, se escenificará la Proclama de la diosa Minerva y la Arenga de Augusto a las legiones, junto a la imposición de la Corona Castrensis y la cesión de las tropas a Cayo Antistio. El emperador se despedirá de sus legiones, como fin de las primeras Guerras Cántabras.

A continuación tomarán protagonismo los cántabros en ese mismo anfiteatro, con la Entrega del Fuego del Hogar, la Boda Cántabra y la llegada de los esclavos insurrectos, el inicio de todos los actos que se podrán ver la semana que viene en las segundas Guerras.