La inoperatividad del puerto de Requejada queda en entredicho tras la estancia de la Naumón

Así lo atestigua el práctico Julián González Cueli, quien prestó servicios en dicho puerto desde 1989 hasta 2005. Aunque trabaja en Santander, fue enviado a Requejada de nuevo por el actual Capitán Marítimo, César Díez Herrera, excepcionalmente, con la misión de encargarse de las maniobras de entrada y también de salida.

«El acceso náutico es el mismo; esta draga está en las mismas condiciones desde hace, por lo menos, 45 años, cuando la Real Compañía Asturiana dejó de dragar», asegura, y recuerda que, en su momento, él metió «hasta 103 barcos al año». Pero, lamenta, «el Capitán Marítimo de entonces determinó que era peligroso, por ciertos motivos, detrás de los cuales al final está el antagonismo entre Torrelavega y Santander». Así las cosas, apunta, más que a un problema físico de la ría, a uno «administrativo, simplemente». Y es lo que viene defendiendo desde hace décadas, incluso hablando él directamente con distintas autoridades.

Para darle la razón sobre la operatividad del puerto llegó la Naumón. Tras el contacto de la Delegación del Gobierno con Julio Cabrero, propietario de los terrenos del puerto, se consiguió que Capitanía Marítima diera el visto bueno.

Esta embarcación se adquirió en septiembre de 2020 para la Fura dels Baus, con el objetivo de hacer de ella un buque-teatro y de que fuera la punta de lanza de un proyecto de I+D+i, colocándole una vela de propulsión para ahorrar combustible y disminuir las emisiones a la atmósfera. También se intenta instalar un laboratorio para convertir las emisiones que van a la atmósfera en elemento de microalgas para algas comestibles y para eliminar los contaminantes que de otro modo estarían o bien en la atmósfera o en el agua del mar.

Ha estado un año en Requejada mientras se realizaba la ingeniería de detalle, tanto de la vela como de lo que va a ser el teatro y un espacio expositivo en la bodega. Pasado este tiempo, el barco salió el jueves y entró en los astilleros de Astander a las 12.00 del mediodía del viernes para que se le instale una turbovela que anteriormente estuvo utilizada en el buque Calypso del comandante Cousteau. Esta es una evolución realizada por una ingeniería española, con sede primero en Barcelona y ahora en Cantabria, que se llama Bound 4 Blue.

Queda por determinar si el barco, una vez colocada la vela, volverá a Requejada o se dirigirá a Bilbao para adecuar todo el espacio expositivo y el futuro teatro para la Fura dels Baus. Y después, comenzará su singladura tanto por la península como por el norte de Europa, quizás conmemorando el quinientos aniversario de la primera vuelta al mundo.

El jefe de máquinas de la Naumón, Javier González, que se desplazó a Hamburgo para la compra del barco, siempre tuvo «interés» en que entrara en el puerto de Requejada, por considerar que «es la salida del bajo Besaya, es decir, de Torrelavega, al mar», y por lo tanto, sería importante para «impulsar la deprimida economía de Torrelavega, una zona industrial completamente desahuciada y que podría tener un ligero repunte si utilizamos con cabeza lo que es la salida del puerto de Requejada a la Mar».

Se tiene constancia de que el puerto funcionaba, al menos, desde la época romana y no se descarta que haya podido ser incluso Portus Victoriae, utilizado por los romanos para la llegada de Julio César. Vía principal para el interior de Castilla. Ya durante la Reconquista, se conoce de litigios por la disputa de los derechos de esta ría pues el rey daba las competencias a Santander o a Torrelavega. Litigios que en época reciente truncarían las expectativas de empresas como Landaluce, que se desplazó aquí desde Torrelavega, o de Solvay, que cuando se cerró el puerto estaba exportando desde aquí sosa para Marruecos.