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En el centro social La Pelá apenas ocupaba un pequeño salón de actos. Nacho Cavia
Una intensa y larga historia llena de libros

Una intensa y larga historia llena de libros

Los Corrales de Buelna ·

Amor por la lectura. La biblioteca municipal de Los Corrales estrenará en breve un nuevo edificio, lejos de sus inicios en dos viejas aulas de un colegio cerrado

Nacho Cavia

Los Corrales de Buelna

Sábado, 2 de octubre 2021, 07:35

La biblioteca municipal Guillermo Arce de Los Corrales de Buelna reabrirá sus puertas en unos días, en un espacio de cerca de 800 metros cuadrados de nuevas y modernas instalaciones, un edificio construido expresamente para un servicio que nació aprovechando dos viejas aulas de un colegio cerrado, hace ya más de 36 años.

El martes cerraba sus puertas para comenzar la mudanza desde la Casa de Cultura, en la plaza de la Pontanilla, a su nueva ubicación, en pleno centro, junto a la plaza de la Constitución. En menos de 48 horas una empresa especializada había trasladado cerca de 30.000 volúmenes y material de un edificio a otro. Y en los próximos días tocará recolocar los libros en sus flamantes estanterías, flanqueadas por recién instaladas sillas, mesas, adornos, incluso un jardín vertical en el grandioso vestíbulo, una de las salas más llamativa del nuevo edificio.

Todo bien distinto a las dos pequeñas salas en las que se puso en marcha el sueño de un profesor de la antigua Enseñanza General Básica del colegio público José María Pereda, Manuel Lequerica. Ese sueño se vio cumplido el 1 de agosto de 1985, el día en el que dos aulas de lo que había sido el Colegio Menor de Juventudes Leonardo Torres Quevedo (la actual Casa de Cultura) se convertían en la primera biblioteca municipal del valle.

Han pasado 36 años desde que Manuel Lequerica tuviera la idea de poner en marcha una biblioteca en el pueblo en el que ejercía la enseñanza, respondiendo así a la afición por la lectura de vecinos que no tenían otra forma de acceder a los libros que aquellos viejos vehículos que periódicamente visitaban los pueblos.

Antes de dar el paso definitivo dedicó mucho tiempo a cursos específicos que dejaron huella en estos años, sentando las bases de la larga historia de esa biblioteca. A principios de junio de 1985 disponía ya de un local en el primer piso de la que hoy es Casa de Cultura, un edificio que había quedado sin servicio al haber dejado de ser centro educativo. Ese año, el 15 de junio, abría un libro de registros que hoy, dos décadas más tarde, cuenta con más de 4.000 socios.

La biblioteca abría sus puertas el primer día de agosto de 1985, inscribiéndose como primer socio el responsable municipal de Cultura entonces, Ángel Pérez Silos. El propio fundador estampaba su firma en segundo lugar una jornada en la que 17 personas se comprometían como socios. La primera mujer fue Mirian Rodríguez Soto, socia número 11, y el primer libro que se registraba era 'Altamira y otras cuevas de Cantabria', de Miguel Ángel García.

De los 100 primeros socios que se registraban en ese libro 75 eran varones y 25 mujeres, y del total, 49 tenían más de 14 años. En el primer año de vida ya contaba con más de 800 socios. El 17 de enero de 1986 se igualaban los sexos, 411 mujeres y un número igual de socios varones. Algo que ratificaba lo que Manuel Lequerica había aventurado, el interés por la lectura de un gran número de madres y padres. Sabía que si los hijos veían leer a sus mayores ellos también leerían y la Educación ganaría con ello.

Ana Ara, con las viejas y manoseadas fichas donde todo quedaba registrado, hoy sustituidas por la digitalización.
Imagen - Ana Ara, con las viejas y manoseadas fichas donde todo quedaba registrado, hoy sustituidas por la digitalización.

El socio 1.000 de la biblioteca es David Ruiz Ruiz, el 2.000 José Antonio Castro Soto y el 3.000 Francisco Rasilla.

El actual cambio de ubicación no es el primero que sufre la biblioteca en su larga historia. A finales de los años 90 la Casa de Cultura, donde se puso en marcha, fue sometida a una seria reforma que obligó a acometer el traslado de la biblioteca al centro social La Pelá, donde ocupó lo que era un reducido salón de actos. Hubo que esperar a los primeros compases del año 2001 para su regreso a la Casa de Cultura, abandonando la sala abarrotada de La Pelá para extenderse en dos pisos y distintas secciones diferenciadas. Renacía entonces la biblioteca con nuevos proyectos que la catapultaron para convertirse en una referencia a nivel regional.

El primer socio en el regreso de la biblioteca a la Casa de Cultura fue Alfonso Díaz Gutiérrez, socio 3.532. Poco más tarde llegaba la digitalización, otro gran cambio que modernizó los miles de préstamos que cada año tramita la biblioteca.

Casi tantos años como tiene la biblioteca suma Ana Ara como directora, acompañada por Consuelo Payno, responsables ambas del crecimiento y notoriedad de un servicio que cuenta incluso con una Asociación de Amigos de la Biblioteca desde 2020.

Participaron en la organización del afamado Maratón Encuentados de Oírte, por el que pasaron decenas de contadores de cuentos, y han recibido en todas sus ediciones el prestigioso premio María Moliner de lectura.

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