Abatido a tiros un jabalí que puso en peligro a varios viandantes en Los Corrales

La primera llamada a la Policía se produjo temprano y situaba al jabalí en el entorno de las instalaciones deportivas de la calle San Fernando. Al poco tiempo personas que paseaban por las inmediaciones del colegio público Gerardo Diego avisaban de su presencia y más tarde eran los vecinos de La Hoya, incluso de La Aldea, los que alertaban de las idas y venidas del gran animal en sus calles. Y si algo llamaba poderosamente la atención de todos eran sus grandes colmillos. Allí le vieron los agentes del Medio Natural y de la Policía Local.

Sobre las 11.30 de la mañana el jabalí ya había dado más de un susto a vecinos que colapsaban la centralita policial y la de la emisora de radio local, además de los teléfonos de los concejales, por el miedo que provocaba un puerco de cerca de 80 kilos de peso, como señaló el jefe de la Policía, Tomás Gutiérrez. A esa hora era el propio Servicio de Emergencias del 112 el que, avisado por algunos vecinos, se ponía en contacto con el cuerpo policial.

Mientras, Tomás Gutiérrez llamaba al Servicio de Montes, que envió a uno de sus agentes de inmediato a Los Corrales de Buelna para colaborar en resolver «una situación que a cada momento era más preocupante, como lo acreditaban las llamadas recibidas en la centralita».

Los vecinos aseguraron que cada vez se veía más alterado al animal y los esfuerzos por atraparle con vida resultaban infructuosos. Hasta tal punto que el jabalí empezó a entrar en algunos de los jardines de las calles transversales a La Hoya, poniendo en riesgo la vida de cualquier persona que saliera en ese momento de sus hogares. Los agentes también tuvieron que controlar el tráfico en la zona, ante el riesgo de que el animal arremetiera contra un vehículo. En esos lances la memoria se iba al pueblo de Valdeiguña, donde no hace mucho una vecina había sufrido heridas de consideración por el ataque de un jabalí que recorría esa localidad. La situación no podía alargarse más, por lo que un agente de la Policía Local aprovechó la parada del jabalí durante unos segundos en un recinto cercado de la calle Virgen de África para abatirle.

Gutiérrez explicó que «esos animales suponen un grave peligro, porque al sentirse perseguidos tienen una comportamiento agresivo, como pueden acreditar los propios cazadores». Eran las 12.30 horas. La odisea en la céntrica calle La Hoya había durado una hora y los vecinos empezaban a salir a la calle para comentar la noticia del día.

En ese momento comenzó la investigación sobre cómo había llegado ese jabalí al centro de Los Corrales de Buelna. El jefe de la Policía Local adelantó que todo apuntaba a que hubiera llegado desde las proximidades del río Besaya. Pero lo más sorprendente es, como explicó Tomás Gutiérrez, que todo apuntaba a que se había criado en algún lugar cerrado, porque llevaba un anillo en el hocico. Son, dijo Gutiérrez, «anillas que se colocan para evitar que el animal hoce, estropeando los prados». Una cuestión que lleva a la Policía a pensar que podría haberse escapado de alguna cuadra o criadero. «No es habitual ver un animal así tan adentrado en el casco urbano, pero lo cierto es que la primera investigación nos hace pensar que se ha escapado de algún lugar y no que haya bajado del monte».

No es la primera vez que la Policía Local de Los Corrales de Buelna se enfrenta a una situación así. No hace mucho fue con una vaca brava y hace unos años con otro jabalí.