Una marea rosa en Puente San Miguel

La jornada, celebrada en un día soleado, ha tenido un ambiente lúdico y festivo y ha supuesto la recuperación de la presencialidad del evento después del parón por la pandemia.

Uno de los participantes ha sido el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que, junto con el alcalde de Reocín, Pablo Diestro, hanacompañado a la encargada del corte de cinta, una vecina del municipio que está luchando contra el cáncer y que representa a todas las personas que atraviesan su misma situación.

Junto a ellos, miembros de la Corporación Municipal y las integrantes de las Anjanas Solidarias.

Revilla, que ha completado una parte del recorrido, ha manifestado un año más con su presencia su apoyo a la «maravillosa labor» que lleva a cabo esta asociación, así como lanzar un mensaje de ánimo y solidaridad a los enfermos de cáncer y a sus familiares.

Por otro lado, ha destacado que Cantabria va a ser pionera en el tratamiento del cáncer gracias a la instalación de la Unidad de Protonterapia en el Hospital Valdecilla, que se convertirá en elprimer centro hospitalario público del país en disponer de esta revolucionaria técnica.

Finalmente, ha mostrado su satisfacción por recuperar este evento que, tras el parón de pasado año por la pandemia, ha vuelto a congregar en el Parque de La Robleda a cientos de participantes de todas las edades y condiciones.

Además de la marcha a pie de 7 kilómetros por las calles de la localidad, el programa de la jornada incluye una paella solidaria y la venta de pulseras, camisetas, lotería de Navidad* todo para destinarlo a la investigación. Habrá sorteo de regalos y diversas actuaciones musicales.

El alcalde ha felicitado a las Anjanas Solidarias por la organización de la marcha y por la «labor impagable» que realizan, tanto en la lucha contra el cáncer como en su labor de ayuda a quienes lo necesitan «Desde el Ayuntamiento seguiremos apoyando, como siempre, sus iniciativas», ha garantizado.

La portavoz de las Anjanas, Silvia Cossío, ha insistido en que, aunque los porcentajes de curación cada vez son mayores, «hay que seguir investigando».