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La firma, en diciembre pasado, de los documentos de adscripción de los terrenos del puerto de La Pozona, en Cuchía (Miengo) al Gobierno de Cantabria ponía fin a veinte años de lucha por legalizar estas instalaciones. Tras este primer paso, el Ejecutivo regional debía ... acometer una serie de obras para adecuar la instalación portuaria, un proyecto que sale ahora a licitación y cuenta con un presupuesto de 222.157 euros. El plazo de ejecución de los trabajos es de cinco meses
El proyecto, redactado por el Estudio de Ingeniería Tres Mares, tiene como objeto acondicionar y estabilizar la escollera de abrigo existente en el límite de la ría mediante el recrecido de los dos tramos que definen su límite, aguas arriba y abajo de la bocana. Esta reconstrucción se realizará aumentando la cota de corronación de la escollera hasta los 5,50 metros. Además, el proyecto prevé dotar a la escollera de las correspondientes balizas de señalización marítima de las que ahora carece y realizar también un cerramiento perimetral en la zona terrestre del área portuaria.
Como se recuerda en el proyecto elaborado por Ingeniería Tres Mares, el objetivo de esta obra es legalizar la situación de las embarcaciones fondeadas en el interior de la Pozona. Los trabajos permitirán mejorar la seguridad de las embarcaciones amarradas al disminuir la agitación del espejo del agua y mejorar también la seguridad de su entrada al disponer de una bocana mejor definida que la actual, con una señalización marítima permanente.
Se contempla también, siguiendo las directrices marcadas por Costas, la prohibición de acceso de vehículos no autorizados en la zona terrestre.
Con su legalización, La Pozona ha pasado a convertirse en el octavo puerto bajo el paraguas legal de la Administración cántabra. «Ha costado pero ya está aquí; el Gobierno de Cantabria asumirá el proyecto para dotar de una escollera de protección de los pantalanes y otras condiciones como un vallado perimetral tras el acuerdo con Costas», reconocía en diciembre pasado el entonces consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, que definía un punto de satisfacción personal por el tiempo que su departamento llevaba lidiando para dar solución al problema de la amenaza de desahucio que pesaba desde hacía años sobre los ocupantes y fundadores del puerto.
En 2003, los integrantes de la Asociación La Pozona, que agrupa a los pescadores que fondean sus embarcaciones en este espacio, iniciaron el camino para legalizar la instalación ubicada sobre un refugio de mar preexisten desde tiempos remotos, ya utilizada por los pesqueros de la zona desde tiempos inmemoriales (hay documentos que así lo atestiguan desde el año 1600).
Tras el acuerdo del año pasado, el Gobierno de Cantabria adscribía una superficie de 102.308 metros cuadrados. Una parte de esta superficie será de uso público y, en la lámina de agua, solo la zona de amarre (para unas 60 embarcaciones) podrá tener uso privativo sujeto a autorización.
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