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El magnífico Palacio Quintana, reconstruido a principios de siglo en el barrio del Bardalón de Los Corrales de Buelna, vuelve este verano a abrir sus ... puertas, dentro del plan de visitas guiadas del Ayuntamiento corraliego. En marzo se engalanó para recibir al entonces consejero de Industria, Javier López Marcano, a los máximos responsables de Nissan Cantabria, Javier Vila, y de Trefilerías Quijano, Iván Díaz, y a buena parte de la Corporación corraliega para estrenar la última reforma de un edificio con una egregia historia que alberga desde 2015 el Centro de Interpretación de la Industria de Cantabria. La cita lo merecía, porque tras años de existencia se inauguraba oficialmente una nueva sala dedicada a la revolución industrial de Los Corrales de Buelna, liderada por el empresario José María Quijano (que da nombre a ese museo) y sus proyectos industriales, que cumplen 150 años de historia, como también resalta un nuevo tótem en el exterior de la casona.
Lo cierto es que el edificio es parte fundamental del encanto de ese centro de interpretación. El que ha sido técnico de patrimonio en la Oficina de Turismo de Los Corrales, Héctor Sánchez, ha recogido la historia del Palacio Quintana, edificado en 1940 como residencia estival para la familia de Alejo Etchart Mignaçábal, comerciante de origen francés asentado en Torrelavega, y su mujer Julia Casuso De la Hesa Quintana, nacida en Barros, de donde descendía su familia materna, linaje de hidalgos que ya habitaba en ese pueblo al menos a principios del siglo XVIII.
La construcción, de estilo montañés, con solana, vanos y esquinas de sillería con muros de mampostería revocados, fue diseñada por Javier González de Riancho Gómez, reconocido arquitecto que también es responsable del Real Palacio de la Magdalena y la Plaza Porticada en Santander.
Héctor Sánchez señala que la familia Etchart-De la Hesa Quintana mantuvo la propiedad del edificio hasta los años noventa, tras verse dividida su finca como parte de las expropiaciones ejecutadas por la construcción del tramo Torrelavega- Los Corrales de la A-67. «Es entonces cuando deciden vender el edificio a un anticuario, y de ahí pasa al Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna quien, merced a un acuerdo con el Ministerio de Fomento, decide trasladarlo piedra a piedra a un nuevo emplazamiento».
El 1 de diciembre del 2000, siendo alcaldesa de Los Corrales Mercedes Toribio, se presentó el proyecto, que lideraría la Escuela Taller de Los Corrales de Buelna con un presupuesto total de ejecución material cifrado en cerca de 500.000 euros.
El traslado y la reconstrucción comenzó en junio de 2001 y permitió formar a más de 60 jóvenes en albañilería, forjado, cantería, carpintería, fontanería o soldadura hasta 2006, cuando se dieron por terminadas las obras.
Posteriormente, Héctor Sánchez recuerda que el Ayuntamiento afrontó la adecuación del entorno (aprovechando el Plan E), completó las instalaciones de luz, agua, mobiliario en el interior de un edificio que se destinó hasta 2014 a Casa del Deporte, además de aprovechar su planta baja para la celebración de enlaces civiles o exposiciones.
Finalmente, en virtud de un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Gobierno regional, se decidió remodelar el interior para acoger un Centro de Interpretación de la Industria de Cantabria, que tomaba el nombre de José María Quijano, fundador de las Forjas de Buelna. Como museo fue inaugurado en 2015, con la aportación de piezas y fondos procedentes de familias, particulares y empresas relacionadas con el pasado y presente industrial de Cantabria. «Gracias a la creación de este espacio museístico se recupera el interés por la trayectoria de un sector que ha sido sostén económico de la zona desde hace 150 años».
El Centro de Interpretación de la Industria de Cantabria José María Quijano ha estrenado, tras ocho años de historia, una nueva sala dedicada a la revolución industrial de Los Corrales de Buelna, ligada a la siderurgia en general y en particular a los 150 años de historia de las empresas del abogado torrelaveguense que da nombre al museo. Dentro del edificio se abre en la primera planta esa nueva sala y fuera un tótem recuerda al visitante la fundación de la empresa que puso en el mapa a Los Corrales y la siderurgia en la región, parte fundamental de la revolución industrial en el valle y, también, en Cantabria.
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