Paso a paso, para reivindicar la tradición cántabra

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Durante el camino, bajo el ritmo de la banda de gaitas Traslarroza, de Cabezón de la Sal, los presentes disfrutaron de una mañana en la que destacó el buen ambiente y la fraternidad. La lluvia no apareció durante toda la jornada, pero era el runrún. Con el viento que hizo, como para que todavía cayeran cuatro gotas. Pese a esa inquietud, Melchor Oreña participó en el recorrido porque el ascenso a La Montaña es «muy de aquí, de toda la vida». «Es una cosa que no se tiene que perder», apuntó Oreña, de la que destacaba el valor de las fiestas populares de Cantabria, en las que, como en la celebrada este domingo, «se ven varas bonitas y talladas, además de albarcas preciosas que valen mucho dinero». «Hay algunas que cuestan más de 300 euros», añadió. Y razón lleva, la belleza de este calzado es indiscutible y cada uno es diferente. Hay albarcas con iniciales, otras con estelas cántabras talladas y algunas con leyendas. Hubo de todo tipo. Algo que fascinó a María Eugenia, una vecina de Torrelavega, que junto a su hija Inés recorrió todo el camino. «Siempre veníamos a la celebración de San Blas, pero este año es el primero en el que hacemos la subida con albarcas», subrayó a El Diario. Según continuó, hay que «inculcar la tradición a los niños desde pequeños», apuntó María Eugenia de la que matizaba que su otro hijo estaba más adelante, en mitad del pelotón, con las albarcas puestas. Algo más rezagado, pero con un ritmo firme, estaba «un jubilado al que le gusta andar». Conocido con el apodo de Nino, este vecino de Ganzo a sus 84 años y vara en mano, subió hasta La Montaña con albarcas en sus pies. «Suelo venir todos los años desde que me jubilé con 57», afirmó. Hagan ustedes cuentas de todas las ediciones en las que ha participado. Según relata, le gustan las marchas y hace «todas las que puedo, mientras Dios me dé salud». «Ya no las subo como cuando era más joven, pero me defiendo», admitió Nino de la que comentaba que empezó el recorrido acompañado, pero que sus compañeros estaban más arriba porque «ellos van a otro ritmo». «Me gustan mucho estos días, porque comes un chorizuco, charlas un rato y tomas el aire», concluyó.

Sin embargo, su suerte, y la de todos los que participaron en la marcha, se vio truncada porque, con motivo del fuerte viento, la parada en el Mirador de La Peñuca no contó en esta ocasión con el típico torrezno para recobrar fuerzas. Esta vez, durante la pausa solo hubo reparto de botellines de agua. De vuelta otra vez a la ruta, Jesús Ortiz emprendió su camino y afirmó que este día es «muy importante, porque sirve para recordar a nuestros ancestros». «Esta romería es para todas las edades, pero está enfocada a la gente joven, para que no pierdan la tradición», explicó Ortiz, que estaba ataviado con una chaqueta de la asociación El Calcañar, una entidad que difunde y promociona la albarca cántabra, además del oficio del albarquero.

Ya en el Paseo de Tía Gabina 'La Partera', junto al centro cívico social San Blas, se repartió pasadas las doce y cuarto, ahora sí, el torrezno y el chorizo. «Ha sido un poco complicado todo, porque hay bastante viento y nos ha costado muchísimo encender los fuegos y hacer la comida. Mientras no llueva, todo bien», señaló Víctor Tresgallo, un miembro de la Asociación Juvenil La Jiebe, que junto a su compañero Alejandro González y otros muchos más, organizaron esta romería que «ha sido un éxito». «Cada año está viviendo más gente y hay muy buen ambiente», coincidieron ambos.

Con estas fiestas en honor a San Blas, que se prolongarán hasta el 3 de febrero, la capital del Besaya comienza su calendario de fiestas y recuerda y rinde homenaje a las tradiciones cántabras. A esta conmemoración se ha sumado el Gobierno de Cantabria con la participación de las consejeras de Presidencia y de Inclusión Social, Isabel Urrutia y Begoña Gómez del Río, respectivamente. Por parte del Ayuntamiento, también se sumó a la marcha el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada y otros compañeros de la corporación municipal, además del expresidente regional, Miguel Ángel Revilla.

Antes de la subida a La Montaña, se celebró una misa en honor del santo y posteriormente los recibieron la bendición. Las fiestas incluyen en su programación una Concentración de Ollas Ferroviarias y el I Concurso Internacional de Lanzamiento de Paca, como actividades más destacadas.