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A los evidentes atractivos del municipio de Miengo se le une ahora uno que no salta a la vista, pero que es accesible. Eso ... sí, para verlo hay que ponerse el traje de buceo. Se trata de un pecio hundido ubicado al suoreste de la Isla de Los Conejos, a una profundidad aproximada de entre 22 y 27 metros, en función de las mareas, y que los buceadores señalan que se corresponde con el buque Faustino R. San Pedro, hundido en la zona en 1937. Se sabía que había naufragado por esa zona, pero no se conocía la localización exacta.
«Los compañeros del Club de Buceo Galatea, de Suances, fueron los primeros que lo avistaron, hará un mes y medio», explica Juan Manuel Portugués, del Centro de Buceo Calypso, de Miengo», que desde ese momento centró sus esfuerzos, junto a sus colegas del club suancino, en conseguir la localización exacta. A veces con Víctor Martín, del Galatea; otras, él solo, Portugués se sumergía todas las semanas hasta que se topó con el pecio. «Me habían dicho por la zona que lo habían visto, hasta que me tropecé con él», relata.
Con esa localización, el hallazgo, «importante para Miengo, para la región y para el buceo en general», se ha puesto en conocimiento del Ayuntamiento y de la Comandancia de Marina, y se han seguido haciendo inmersiones regulares para su exploración. Hoy mismo, los buceadores volverán a bajar. «Sabemos que hay mucha vida, pero el verdadero valor se verá cuando se siga explorando y se descubra qué es cada cosa», explica el buceador, que detalla que «falta encontrar los arpeos, localizar la proa y la popa y ver qué partes están hundidas». Además, serían especialmente apreciadas determinadas piezas con valor turístico, «como chimeneas y otras partes interesantes del barco». Como referencia, se sabe que tenía 88 metros de eslora.
Juanma Portugués, Centro de Buceo Calypso
Sobre la importancia del hallazgo, el alcalde de Miengo, José Manuel Cabrero, considera que «siempre la hay, porque es algo novedoso y, al final, se trata de un barco de principios del siglo pasado». Además, como apunta Portugués, es accesible para una gran mayoría de buceadores, algo que es «inviable» en el resto de pecios de la región. Para quien no cabe duda que es importante es precisamente para las escuelas de buceo, «porque atraerá a gente de otras comunidades y tener un barco de estas características en la zona siempre es un atractivo». «Es de interés regional, de saber nuestra propia historia en el tema naval en la guerra civil y así se lo trasmitimos al Ayuntamiento», añade Portugués. Con esta premisa, desde su escuela ya han empezado a bajar con gente y la experiencia, que se enmarcaría en lo que llaman 'buceo de exploración' o 'de aventura', «les ha encantado».
José Manuel Cabrero, Alcalde de Miengo
La documentación naval refleja que existen «cinco o seis pecios más» y, por eso, los buceadores han empezado a repasar los archivos «para ver si existe la posibilidad de localizar algún otro». La existencia de varios barcos se explica porque, durante la contienda, se trataba de una zona bastante activa, sobre todo de paso de mercancías de un bando a otro. En ese sentido, la Ría San Martín ha destacado por su gran vida.
Desde el club Galatea de Suances se detalla que se trata de un barco de «construcción metálica y de tipo carguero» cuyos restos hundidos están ahora «totalmente integrados en el ecosistema subacuático, que da cobijo a múltiples especies animales y vegetales». Recién localizado el pecio en cuestión y determinada su localización exacta, los buceadores de la zona centran su ilusión en el hallazgo que les causó tan grata «sorpresa». Lleguen hasta él o no, cada vez que se sumergen en esta parte del mar Cantábrico viven la aventura que supone cada inmersión. «Todavía queda mucho por descubrir», insiste Portugués.
El Ayuntamiento de Miengo tiene claro que la localización del carguero de 1937 aporta un importante valor añadido a la historia local y es un atractivo más para el turismo. En breve, el nuevo recurso que supone el increíble hallazgo será incluido en sus guías y web turísticas, donde compartirá espacio con los apartados de playas, recursos naturales y rutas como las de Costa Quebrada.
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