«Este año pinar la Maya será especial»

Especial será también para cada uno de los jóvenes que se subirán a los dos troncos de roble que forman la Maya y, al tradicional grito de «ehhhh, una», tirarán de riñones para ir levantándola poco a poco, sólo ayudados por andamios de madera, trócalas y cuerdas, como antiguamente.

Y especial porque el parón del año pasado como consecuencia del covid fue «un mazazo para todos»: para la asociación, recién creada, y para los proyectos que tenían en mente y que ahora están empezando a recuperar. «Fue algo que no habíamos ni imaginado», incide Balza. Por eso este año «hay mucha ilusión. El covid ha roto muchas, muchas ilusiones, nos dejó tocados, pero ahora estamos en disposición de salir de esto. No rendirnos, seguir hacia adelante, recuperar a la gente y volver a empujar, esto la vida y esto es la Maya. En nuestro ADN está el insistir, perseverar y nunca desistir, y no vamos a cambiar ahora. Somos como somos y estamos convencidos de que, en esta lucha por mantener las costumbres ancestrales, el tiempo nos dará la razón», manifiesta.

Entre los planes que atesoran en la asociación está el reconocimiento institucional de la fiesta. «La tramitación para su declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional se frenó con el confinamiento, pero seguiremos trabajando por un reconocimiento que nos merecemos desde hace mucho tiempo. No somos de exhibir títulos, pero tampoco debemos dejar de lado el justo tratamiento a una celebración como la nuestra, la recuperación año tras año de una tradición centenaria, cuando menos», explica Balza. «En breve mantendremos un encuentro con la Consejería de Turismo para estudiar la memoria y saber qué puede faltar. Las cosas van con más lentitud pero irá bien», detalla.

Centenario es el máximo exponente de la Maya, Presidente de Honor de la asociación, al que todos esperan que esté un año más presente en el izado, dirigiendo las operaciones, como ha hecho durante más de medio siglo. Con 100 años a sus espaldas, 'el Tin', Vicente Terán, sigue siendo una referencia para todos a la hora de cómo mandar tensar las cuerdas, adelantar las horcas que alzan los troncos, parar y volver a arrancar. «Muchas generaciones sólo hemos conocido su grito para empujar, parar y seguir», reconoce Balza.