«Queremos trabajar y vivir dignamente»

David Fernández, propietario de La Ermita y Nivel 21, de Puente San Miguel, nunca había tenido tanta acumulación de vasos en sus locales hosteleros. Como él, el resto de profesionales que trabajan en la localidad han vivido los dos días seguidos, lunes y martes, con continuos cortes de agua como «una locura», algo que consideran que se habría podido prevenir con algo más de organización. Es lo reclaman para futuras ocasiones, ya que si bien ésta ha sido la vez que más se han visto afectados por el problema por haberse dado durante tanto tiempo, los cortes de agua son frecuentes desde que se comenzó la obra para cambiar la antigua tubería por una nueva, cuyo presupuesto de 150.000 euros se aprobó el año pasado.

Las quejas al respecto protagonizan aún las conversaciones y también se plasman en el centro del pueblo, en La Robleda, mediante pegatinas con un mensaje tajante: 'Solución ya para los cortes de agua, queremos trabajar y vivir dignamente'.

«Se lo cuentas a cualquiera y no se lo cree», afirma el hostelero mencionado en alusión a «el día que hubo el corte largo». A la mañana siguiente, aprovechó y fregó los vasos que se le habían juntado. «Cuando me dieron un rato de agua», explica, y añade que tuvo que sacar una gran cantidad de ellos que le habían regalado marcas comerciales, «de promociones», y los tenía en cajas. Así pudo capear la situación, pero tuvo que andar «a la carrera». También tuvo suerte de contar con una cafetera que aguanta bastante tiempo funcionando sin agua.

No contaron con la misma fortuna los peluqueros, que tuvieron que limitar sus trabajos a los que no requirieran el lavado. Y en alguno de los cortes de agua inesperados, idear estrategias para retirar el tinte. «Hubo una peluquera que tuvo que llevar a casa a la clienta a lavarle la cabeza», lamenta María Casado, propietaria de la peluquería canina 'Entre pelos y burbujas'. En su caso, ha llegado un punto que ya se lo toma «hasta a risa», porque «aunque esto ha sido lo más gordo, se lleva tiempo sufriendo este problema». «La anterior vez tenía aquí cinco perros y no había agua», recuerda.

Cuenta con un volumen de trabajo de entre diez y trece perros diarios, un número que en las jornadas del lunes y el martes no pudieron ser atendidos. «Dimos por hecho que el agua no iba a venir y tuvimos que cerrar», cuenta. «Otros días no lo han cortado sin aviso; llegas con tu agenda a las nueve, a las nueve y media cierran, y no puedes seguir trabajando», cuenta. También critica que previamente se habían anunciado los trabajos para el jueves, y seguidamente se decidió que «el jueves no, que lo hacían el lunes». «Llegas el lunes, lo cortan a las ocho de la mañana, lo que duren los trabajos, pero no te especifican más; los perros van llegando y les dices que vengan mañana».

También se queja de que todas las notificaciones se hacen a través de las redes sociales: «No hay nadie del Ayuntamiento que venga y te lo diga, te tienes que meter en la página del Ayuntamiento».

En su caso, hoy ha llamado precisamente al Consistorio porque había escuchado que se podía reclamar, «teniendo en cuenta que en el caso de los autónomos, no es que dejes de ganar, es que tienes pérdidas». Pero no ha obtenido solución: «No me han podido decir nada».

Donde también tuvieron que cancelar todas las citas fue, por ejemplo, en la Clínica Dental Puente San Miguel. «El lunes, toda la agenda, y el martes, estuvimos trabajando lo poco que se podía», afirma Soranlly López, que considera que «estuvo muy mal que se hiciera sin avisar y de repente».

La concejala de Obras, Margari Martínez, insiste en que lo de ayer fue «un corte imprevisto», y luego, se rompió la tubería, «porque al dar agua, cada vez que hacemos un corte, pues sufre».

En la noche de ayer, en torno a las once, se registró el último corte de agua, como estaba previsto, para proseguir con la obra, y duró hasta las tres y media de la madrugada.

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