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«Ya pasó el susto», apunta Manuel Fernández, director de la residencia de Quijas, la primera de Cantabria en sufrir un brote de covid con todos sus usuarios y trabajadores ya vacunados. «Hasta de experiencias desagradables, como la que nos ha tocado pasar, se ... aprende. Esto nos tiene que servir para ser conscientes de que el virus sigue aquí y de que hay que cumplir las medidas aunque estemos vacunados», añade. De los 27 positivos que llegó a acumular el centro tras los sucesivos cribados (23 residentes y 4 trabajadores), «los nueve usuarios pendientes de alta terminan el periodo de cuarentena este jueves, día 20. Y la única trabajadora que quedaba positiva se hacía PCR hoy mismo (por ayer). Son todos asintomáticos, así que cuento que esta semana lo podremos dar por superado», declara Fernández.
En el balance de Salud Pública de este brote consta un fallecimiento, aunque no queda reflejado en los datos que recoge el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass) del impacto de la pandemia en las residencias, que sitúa el 24 de febrero la última víctima del covid en el ámbito de la dependencia. La explicación, como señala el director del centro, es que «efectivamente esta mujer era positiva en el momento de la muerte, pero el desencadenante no ha sido el covid, sino las patologías previas que ya tenía».
Nada más detectarse el foco de Quijas y puesto que era el primero importante en una residencia de mayores tras la campaña de vacunación, Sanidad ordenó el estudio de secuenciación del virus para determinar si se trataba de una variante de escape de inmunidad.
«Por el momento, no tenemos resultados», dice el director de Salud Pública, Reinhard Wallmann, que recuerda que «la vacuna tiene su efectividad, pero cabe la posibilidad de que uno contraiga la enfermedad, la pase y la transmita, como ha ocurrido en este caso». En los últimos días no se han notificado contagios nuevos en el ámbito de las residencias, donde queda un profesional en cuarentena en el centro de Virgen del Faro y un usuario de Santa Ana hospitalizado, «pero la situación está tranquila», añade. En Quijas, su director respira aliviado, después de unos días «complicados»: «Volverá la 'normalidad' previa al brote, retomaremos las visitas, sí, pero con distancia y mascarilla, hasta que alguien me diga lo contrario».
Mientras, la curva de contagios sigue cayendo y, por tener día consecutivo, los nuevos casos diarios no llegaron a la treintena. En concreto, el domingo se confirmaron 26, con los que el balance semanal fue de 266, un dato que situó la incidencia acumulada a 7 días en 46 casos por 100.000 habitantes, y la de 14 días, en 122, ambas en el nivel de alerta 2. En total, Cantabria cuenta con 2.255 casos activos, de los cuales permanecen hospitalizados 86, de ellos 21 en la Unidad de Cuidados Intensivos de Valdecilla, donde la ocupación es del 20%, único indicador que continúa en el nivel de riesgo alto.
Queja sindical
La Sección Sindical de Comisiones Obreras (CC OO) en el Gobierno de Cantabria ha manifestado su malestar e indignación al considerar que el consejero Guillermo Blanco ha abandonado a su suerte a los agentes de Pesca, que no están incluidos en la vacunación masiva contra el covid del sector pesquero realizada este fin de semana. A su juicio, «es inadmisible que se haya ignorado a un colectivo considerado esencial y encargado de cubrir la vigilancia de la costa cántabra, pues entre sus funciones está velar por el cumplimiento de las disposiciones vigentes en materia de pesca marítima, marisqueo y acuicultura. Además, son los encargados de tomar muestras de agua, inspecciones dentro de los planes de control de higiene y trazabilidad de los productos», por lo que acceden a embarcaciones, puntos de venta e instalaciones de cultivos.
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