Revuelo en Miengo por el proyecto para instalar un gran vertedero de inertes

El depósito de inertes se ubicaría en varias parcelas de suelo rústico de especial protección que se extienden desde el alto de Carabias hasta la rotonda del supermercado Eroski de Cuchía y quedaría «a unos doscientos metros del campo de fútbol».

Desde el equipo de Gobierno (PP), la portavoz Elena Castillo, ha querido subrayar el «firme compromiso con la protección del medio ambiente y la salud de sus ciudadanos» y ha adelantado que el Ayuntamiento, al igual que la oposición municipal, ha sido conocedor de esta solicitud una vez que el Gobierno de Cantabria lo ha sacado a información pública.

Al respecto, la dirigente popular asegura que desde el Consistorio se están estudiando ya varios aspectos en base a los cuales, «se presentarán las alegaciones oportunas en tiempo y forma al objeto de su valoración por parte del órgano competente». Entre dichos aspectos, está el impacto ambiental sobre la posible aparición de polvo y destrucción de hábitats naturales y elementos patrimoniales. Al mismo tiempo, se vigilará si la presencia del depósito podría generar problemas de salud pública y si su ubicación sería susceptible de afectar negativamente al desarrollo económico del municipio, desincentivando la inversión y el turismo. En cuanto a infraestructuras, también se analizará si podrían generarse problemas de tráfico de camiones pesados.

La edil de Verdes Equo, Sara Gómez, fue la primera en dar la voz de alarma, al constatar que el vertedero ocuparía «más de 20 campos de fútbol, a 100 metros de las primeras viviendas, sin tener en cuenta ni los cursos de agua ni charca que da cobijo a distintas especies ni la cueva del Ñobre que conserva aún rellenos arqueológicos», afirmó.

Además, se trata, según dijo, de un proyecto opaco donde «no se habla de la capacidad del vertedero, de las toneladas de residuos que van a pasar a diario por la carretera y vía principal del municipio». Según dijo, desde su grupo se está trabajando junto a otros colectivos, como Ecologistas en Acción, Arca y el propio Ayuntamiento de Miengo, para presentar las alegaciones pertinentes dirigidas a paralizar el proyecto.

Por su parte, el portavoz del PRC, Juan Montes, también se pronunció y mostró su «rotundo rechazo y exigió explicaciones al alcalde, Marino García (PP). Según el edil, «en lugar de oponerse a esta barbarie está actuando con manga ancha para que se realice, pese a que atenta contra el interés de los vecinos». Además, el regionalista hizo hincapié en el «clamor ciudadano» suscitado en Miengo desde que se ha conocido la intención de construir el vertedero y que se ha plasmado en «un llamamiento a la movilización» vecinal porque la instalación está cerca de «multitud de viviendas cuyos propietarios se sienten desprotegidos».