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El Ayuntamiento de Santillana del Mar rompía este viernes, a su manera, el silencio mantenido estos días sobre la polémica de los anclajes de tornillería del alumbrado navideño en fachadas de edificios protegidos ... como la Colegiata de Santa Juliana. El alcalde de Santillana del Mar, Ángel Rodríguez (PSOE), definía como «desagradable» la situación generada a raíz de la denuncia del exconcejal Javier González a Cultura sobre la legalidad de la instalación y los posibles daños al patrimonio local. También aprovechaba el reclamo del debate público suscitado para animar a visitar el montaje instalado en la villa hasta el domingo. Eso sí, ni el regidor ni Cultura han aclarado aún si había permisos o si se ha abierto un expediente sobre el caso.
«Después de la desagradable situación que se ha producido a raíz de la colocación de la iluminación Navideña... quiero avisar que este fin de semana todo aquel que no haya podido visitar y disfrutar del encanto de la Navidad en Santillana tiene una última oportunidad», escribía el alcalde de Santillana, Ángel Rodríguez, en sus perfiles de redes sociales. «Yo no me lo perdería, ya que este puede que sea el primer y último año», lamentaba.
Un mensaje que se reproducía en el canal institucional del Ayuntamiento más escuetamente, y en el que se recordaba que la instalación se podrá visitar hasta mañana domingo. También se lamentaba «la desagradable» situación generada por la iniciativa. «Jamás pensamos que este proyecto desembocase en este final», subrayaban de manera genérica desde el equipo de gobierno que, en Santillana del Mar está compuesto por tres partidos: PSOE, PRC y Ainsa.
Se trata de la primera valoración institucional que se hace tras la denuncia a Cultura de posibles daños por los anclajes de tornillería, de entre seis y ocho milímetros de diámetro y cinco de profundidad que se han realizado para colocar los adornos dentro de todo el conjunto histórico artístico y, en especial, de la Colegiata, monumento nacional y emblema de la villa. Algo que, según distintos colectivos conservacionistas no permite la Ley de Patrimonio cántabra. Un asunto -el de averiguar si hubo infracción o no por parte del Ayuntamiento- sobre el que la Consejería de Cultura, que preside el socialista Pablo Zuloaga, sigue sin pronunciarse. Tampoco se aclara si se habían dado los permisos para taladrar la piedra de algunos de estos inmuebles ni cómo se va a reparar ahora los agujeros que dejen los tacos, grapas y alcayatas metálicas utilizadas para colgar los adornos. Dos temas sobre la mesa sobre los que el alcalde de Santillana del Mar tampoco hacía declaraciones públicas ayer.
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