La señalización del casco urbano de Los Corrales cumple medio siglo

Por eso se aprobó hace ahora cincuenta años iniciar la señalización de las vías principales, como destacaba Paulino Laguillo en su libro 'Los Corrales de Buelna siglo XX'. En aquella decisión plenaria ya se avanzaba la intención de comenzar dando nombre a prácticamente medio centenar de calles.

La actual Avenida Cantabria no se parece en nada a la calle General Mola (Nacional 611) de hace medio siglo. En 1969 las cosas estaban cambiando, no solo en Los Corrales de Buelna, y esa carretera, que cruzaba un casco urbano también en crecimiento, registraba igualmente el incremento del tráfico y el trasiego de transportes de todo tipo hacia las calles del pueblo.

Fueron muchos los datos que llevaron a la Corporación que presidía como alcalde Fernando Senach a tomar aquella decisión. Aquel año la plantilla de Nueva Montaña Quijano alcanzaba una de sus puntas más altas: más de 3.800 personas trabajaban en las instalaciones de Los Corrales de Buelna. Un año que trajo otra importante decisión que marcó el futuro del valle. En abril la empresa firmaba un convenio con la Brithis Leyland, por el que se cedía el 50% de las acciones de Quijano, creándose la S.A. Authi (Automóviles de Turismo Hispano-Ingleses). La plantilla se dividía prácticamente a la mitad, una parte se mantenía en el sector de la trefilería y la otra se adentraba en el de la automoción. Algo que, cincuenta años más tarde, sigue teniendo validez.

Eran muchos los niños que corrían por aquellas avenidas, por las que hasta entonces habían rodado más balones que coches. Algo que también llamaba la atención, por lo que aquel año se tomaron otras decisiones que atendían al crecimiento de población. El 16 de septiembre se acordaba en sesión plenaria comunicar al Ministerio de Educación y Ciencia la creación del actual colegio José María Pereda, pensado para 640 plazas y destinado a concentración escolar.

Meses antes había llegado la televisión y se había aprobado un plan urbanístico que daba cobertura, por primera vez, a edificios de cinco y más alturas.

Medio siglo después Ayuntamiento y Policía Local siguen reforzando la señalización horizontal y vertical en todo el municipio. El polígono industrial de Barros es una de las amplias zonas que ha notado la mejora de una señalítica que reduce la velocidad tanto como gana en plazas de aparcamiento. Algo que se está extendiendo a las principales avenidas en un plan que pretende facilitar el tráfico a un parque móvil que ronda los 8.000 vehículos. Si hace medio siglo se pensaba en alertar sobre el creciente flujo de vehículos, ahora se piensa más en el peatón y en el ciclista. También se trabaja para evitar accidentes. Dando continuidad al nuevo plan de seguridad vial se renovó la señalización de todas las rotondas del casco urbano, uno de los cambios más notable de lo que fue N 611 en el último medio siglo, junto a la aparición de los semáforos.

La seguridad también se ha centrado en esas rotondas con una pintura más llamativa que se complementa con señales luminosas en algunas de ellas. Glorietas céntricas, como la de San Juan Bautista o Amnistía Internacional, de acceso al centro, como la de Agripa o Barros, o las de barrios como el de Lombera, renovaron la señalización mejorando la visibilidad, especialmente de noche.