Los valores del tenis para la vida

Padre e hijo acaban de recoger el diploma del Instituto de las Naciones Unidas que reconoce su labor docente en el ámbito deportivo, promoviendo valores que permitirán lograr un planeta mejor en el año 2030, según los promotores de ese reconocimiento al papel del deporte en el fomento del progreso social. «La idea de participar en el programa 'Educación y Deporte' de las Naciones Unidas nos gustó desde el primer momento, porque encarna los valores que venimos defendiendo desde el primer día en nuestras clases de tenis», explica Peter Cano, que además es el presidente de la Federación Cántabra de Tenis y máximo responsable del área de Docencia y Maestría de la Real Federación Española de Tenis.

Se trata de un programa pedagógico «desarrollado para trasladar los valores del tenis a la vida cotidiana, trasladarlos y ponerlos en práctica», detalla. «Es algo que intentamos siempre en nuestras clases y que ahora hemos plasmado en este proyecto, valores para la vida y para el deporte», apunta por su parte Sidney Cano. «La vida del tenista tiene un recorrido de unos pocos años y, en cualquier caso, hay que formar personas antes que deportistas, lo primero es básico para llegar al éxito deportivo, porque, en su caso, tendrás las cualidades necesarias para mantenerte en lo más alto», reseña Peter. De esta manera, los alumnos disfrutan de su deporte favorito mientras calan en ellos valores esenciales como el respeto al compañero y contrincante, a las reglas de juego, al asumir el esfuerzo necesario para ir cumpliendo objetivos sin hacer castillos en el aire.

Sidney Cano incide en que «cada niño es diferente, hay que saber cómo aplicar ese programa en cada individuo y en un contexto también diferente, no vale un mismo patrón para todos, se trata de saber cómo desarrollar el programa y poner en marcha esos valores en función de cómo sea un alumno u otro».

Además del reconocimiento internacional, la satisfacción llega en cada éxito personal logrado -«llegar a ser una lucecita en la vida de una persona»-, pero con una idea clara: «Nosotros podemos sembrar, pero al final será el entorno del niño el que dará validez al trabajo realizado». Peter Cano va más allá al afirmar que «por lo que vemos a diario en todos los deportes, creo que se cometen muchos errores con los niños y no se les está preparando para afrontar la cruda realidad en el mundo del deporte», en referencia a las más que contadas personas que llegan a un nivel profesional.

«Con los niños en la pista estamos normalmente dos horas cada semana, pero la semilla que pretendemos sembrar con nuestro proyecto tiene que tener continuidad en los centros educativos y en los hogares. Aquí lo que hacemos es incidir en esos valores básicos», conciden padre e hijo.