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El Juzgado de lo Penal número 2 de Cantabria ha condenado a un vecino de Los Corrales de Buelna como autor de un delito contra la fauna por la colocación de lazos en su finca para dar caza a los animales que podían meterse en ... ella. Es una de las pocas sentencias condenatorias dictada en ese campo por la dificultad de detectar lazos que se utilizan generalmente para evitar los daños que en una parcela privada pueden ocasionar los animales salvajes. Difícil detectar los lazos y aún más probar la posible culpabilidad.
En este caso la Justicia tenía sobre la mesa todo el material necesario para condenar al autor y así lo ha hecho, imponiéndole una pena de 10 meses a razón de cinco euros por día y la inhabilitación para la caza por un periodo de 18 meses, según ha informado la Asociación Profesional de Técnicos Auxiliares del Medio Natural de Cantabria. La Asociación lamenta profundamente la utilización de lazos, una técnica, dice, «extremadamente cruel y nada selectiva», por lo que cualquier animal silvestre o doméstico puede caer en esa trampa «y provocarle un enorme sufrimiento». Afirma el colectivo que «no hay excusa que justifique la utilización de estos métodos».
Todo comenzó en junio de 2020, cuando los agentes del Medio Natural en la comarca del Besaya recibieron una llamada anónima en la que se les comunicaba la existencia de un zorro atrapado por un lazo en una finca al sur de Los Corrales de Buelna. Los agentes naturales estaban cerca y llegaron pronto al lugar. En el perímetro de la finca localizaron cinco lazos, entre ellos el que había atrapado al zorro, que fue liberado de forma inmediata. Los agentes comprobaron en su huida que cojeaba ligeramente, pero señalaron que no parecía sufrir daños graves.
Desactivaron el resto de los lazos y comenzó una larga y paciente tarea de investigación, vigilando la finca y realizando un seguimiento constante de los presuntos responsables. A distancia pudieron recoger los datos suficientes sobre la manipulación de los lazos y documentar todo el proceso, «recopilando numerosas y valiosas pruebas» que permitieron llevar al responsable ante la Justicia, tras instruir el correspondiente atestado policial, registrado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Torrelavega. Un proceso en el que en ningún momento hubo confesión, ya que los propietarios de la finca negaron los hechos tajantemente.
Los agentes naturales explican que habitualmente los lazos se colocan para evitar daños que pueden causar en fincas privadas zorros o martas. El problema es que en esos lazos puede caer cualquier mamífero pequeño, perros en muchos casos.
Los lazos en cuestión eran de acero, un nudo corredizo colocado en el posible paso del animal, que al meter una parte de su cuerpo y tirar para liberarse lo que hace es cerrar más el nudo. La mayoría de las veces quedan mutilados o gravemente heridos. En el este caso la colaboración ciudadana permitió una rápida intervención que salvó la vida al zorro atrapado.
Lo cierto es que los agentes naturales no suelen encontrarse ya trampas, es algo residual. Pueden encontrar en algún caso cepos para caza furtiva o, aún más extraño, trampas adhesivas en ramas de árboles para capturar sin daño a pájaros concretos, pero poco más. Reconocen que es mucho menos habitual de lo que se puede pensar.
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