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Alcalde, concejal de Seguridad y párroco comprobando el estado de la torre de la iglesia. CAVIA
El viento tumba uno de los dos centenarios relojes de la iglesia parroquial de Los Corrales

El viento tumba uno de los dos centenarios relojes de la iglesia parroquial de Los Corrales

También han caído varios grandes árboles en el municipio por efecto de las fuertes rachas durante la noche y la madrugada pero sin consecuencias

Nacho Cavia

Los Corrales de Buelna

Domingo, 24 de noviembre 2024, 11:33

Las fuertes rachas de viento sur que han afectado al municipio de Los Corrales de Buelna durante la pasada noche han dejado un rastro evidente de destrozos desde Somahoz a Coo. En la mayoría de los casos han sido árboles arrancados de cuajo, pero también han volado tejados de garajes, se ha caído un tendido telefónico o, como más significativo por su valor histórico, el viento se llevó por delante uno de los relojes centenarios de la iglesia parroquial, donde, además, también tumbó un árbol no menos histórico en el jardín que da al oeste. De todas formas ha habido suerte, como reconocía el alcalde, Julio Arranz Ochoa, en el primer balance de daños, porque los árboles caídos no habían causado destrozos importantes.

Solo en el barrio de la Cuesta un árbol cayó sobre el tendido eléctrico y cortó la carretera que llega a la parte alta del barrio. La Agrupación de Protección Civil se encargó de cortar las ramas principales para no dañar el cableado y despejar la vía.

Llamativo también el árbol caído en el parque Juan XXIII, también sin más consecuencias que doblar una valla de acceso a ese parque. Y se contabilizaron árboles caídos en el Corraleo y otros pueblos y barrios del municipio sin apenas más consecuencias.

El parque de bomberos de Los Corrales de Buelna había recibido durante la noche cinco avisos, por el desprendimientos de tela asfáltica en la calle Adolfo Suárez, que tuvo que cortar la Policía Local durante un corto espacio de tiempo, por la caída de las vallas de las obras de saneamiento en la calle Galicia, por el vuelo de un tejado panel sándwich arrancado de cuajo en Somahoz o por el árbol caído en la Cuesta.

El resto se ciñó a contenedores caídos, las hojas de los árboles barridas por el viento y acumuladas en cada esquina o la hierba artificial del nuevo bulevar, que en algunos tramos se había levantado.

Una iglesia centenaria

Llamaba la atención el hueco que había dejado en la torre principal de la iglesia parroquial San Vicente Mártir uno de los dos relojes sobre piedra que se instalaron hace ya 99 años. El viento había arrancado de la pared la piedra que hacía de esfera de uno de ellos, cayendo al suelo durante la noche. El párroco, Francisco Lledías, se lo encontró de madrugada en el suelo. Subió para comprobar que la piedra había caído hacia el exterior y que el otro reloj, el que mira hacia el este, funcionaba perfectamente. También comprobó que uno de los grandes y centenarios árboles de la zona verde al oeste de la iglesia había caído hacia el norte, empujado por el fuerte viento sur de la noche.

El año que viene la iglesia celebrará su centenario.

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