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Vitalista, generoso, emprendedor, deportista, trabajador, ganadero y, sobre todo, amante de su pueblo, Viérnoles (Torrelavega), que ayer estaba roto de dolor. Así era Adrián Zamanillo Tejería, de 29 años, que el jueves perdió la vida en La Serna de Iguña cuando conducía un tractor cisterna ... que fue arrollado por un tren Alvia. Cientos de personas acompañaron ayer a la familia en el velatorio y se espera que hoy ocurra lo mismo en el funeral, que tendrá lugar, a la una de la tarde, en la iglesia parroquial de Viérnoles.
Zama, como lo conocían todos cariñosamente, ha dejado una profunda huella. Su inesperado y trágico adiós tardará en olvidarse. «Siempre estaba ahí, era un amigo de los que ya no quedan. Una persona maravillosa, de esas a las que no se puede poner un pero. Trabajador, amable, siempre dispuesto a ayudar», afirmaba emocionado Emilio Gómez, uno de sus mejores amigos. «Era responsable -añadía-, deportista, pura alegría. Fue una suerte ser su amigo, te transmitía energía, era maravilloso». Emilio, vecino de Viérnoles, quedaba todas las semanas con él para tomar algo en los bares del barrio San Jorge y no se termina de creer lo que ha pasado: «Está siendo muy duro, parece un mal sueño».
También le conocía bien el alcalde pedáneo de Viérnoles, Eduardo Trueba, que está «muy dolido», como le ocurre a «todo el pueblo». «Acababa de iniciar el negocio familiar de los tractores con su hermano -explica- y les iba muy bien. Era un chaval supertrabajador y superalegre. Ahora vivía en Campuzano, pero ya estaba mirando para comprar una casa en Viérnoles. Todo el día estaba aquí, le encantaba su pueblo. El domingo tomé la última cerveza con él, precisamente en las fiestas de Viérnoles, y ya ves en qué ha quedado todo».
Eduardo lamenta especialmente cómo se produjo el accidente: «Estamos en 2023 y no podemos tener por aquí esos pasos a nivel, sin barreras, sin semáforos... El jueves le ocurrió a él, pero le puede pasar a cualquiera. El Alvia no es un tren normal, viene muy fuerte, y cuando se quiso dar cuenta no le dio tiempo a retroceder. La marcha atrás tarda en engranar y al final le cogió por muy poco. Le pegó en los contrapesos y le envolvió. El tractor, que era enorme, quedó destrozado».
Zama estaba abonando fincas y había pasado por allí aquella mañana «veinte veces». «En el tractor iba bastante alto y, al parecer, unos árboles no le dejaron ver bien», apunta.
La Junta Vecinal ha puesto a disposición de la familia Zamanillo, muy conocida en Viérnoles, todos sus recursos. Zama trabajaba a veces para el pueblo, en el que «acababa de hacer una carretera».
Eduardo no escatima elogios hacia el joven fallecido: «Le conocía todo el mundo. Era emprendedor y muy trabajador. Ya tenían tres tractores, todo tipo de maquinaria, funcionaban a tope. Su hermano y él eran uña y carne, y a veces le tenía que decir que parase un poco, que no trabajase los domingos». Le gustaba el deporte, era «madridista». También tenía un rebaño de cabras en el monte, a las que atendía «todos los días».
Y después de celebrar el pasado fin de semana a San Jorge, el patrono del pueblo, Zama y sus amigos ya estaban preparando la siguiente fiesta, la Feria de abril, para el día 6.
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