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Hace un mes, la dirección del PP cántabro intervino en Santa Cruz de Bezana ante el riesgo de que su alcaldesa, Carmen Pérez, dejara el cargo por la jubilación de su padre en la empresa familiar y por tensiones con su equipo de concejales relacionadas ... con la carga de trabajo. Ahora, desde su despacho del Ayuntamiento, con las paredes cubiertas con los óleos del concurso de pintura rápida municipal, la regidora da por zanjada la crisis.
–¿Ha sido un primer año de legislatura peor de lo esperado?
–Tengo que reconocer que ha sido duro. Más duro de lo que yo me pensaba en un principio. No es lo mismo verlo desde fuera que estar dentro y encontrarte con muchas situaciones diarias imprevistas. Además, yo consideraba este año como de transición porque somos un equipo nuevo y teníamos que adaptarnos a los ritmos de trabajo en la Administración, que ha sido una de las cosas que más me ha costado asimilar.
–¿Cuáles han sido esos momentos más duros que comenta?
–El día de mi toma de posesión, por ejemplo, me estrené con un chico apuñalado en el municipio por la noche. También al principio llegó una carta del Ministerio de Hacienda porque incumplíamos el periodo medio de pago a proveedores. Me he tenido que enfrentar a una huelga de basuras, descubrimos que Bezana había perdido más de 5 millones de euros de los fondos europeos porque no teníamos ningún Plan de Excelencia Turística, había contratos mal hechos… en fin, son situaciones que desde fuera no ves, pero cuando estás dentro tienes que lidiar con ellas.
–Y llega un momento en el que pide ayuda a la dirección del PP.
–Por circunstancias sobrevenidas con las que yo no contaba, se plantea cierta situación en mi empresa familiar que me hace barajar un posible escenario en el que tengo que buscar una compatibilidad. Pensé que lo razonable era ponerlo en conocimiento de mi partido, y así anticiparnos a ese posible futuro en el que tuviera que dedicarle más tiempo a mi empresa familiar. Lógicamente no la voy a abandonar, es un proyecto de vida. Pero a mí nadie puede decirme, a día de hoy, que no doy el 200% en mi ayuntamiento. Tengo la ventaja de no contar con cargas familiares, mis hijos ya son independientes, y es una decisión mía renunciar a mi vida personal para dedicarme por entero a mi trabajo.
–¿En algún momento barajó seriamente renunciar a la Alcaldía?
–En un momento dado se plantea el escenario de tener que volver a la empresa familiar, y por eso recurro al partido, pero ya está todo reconducido. La renuncia ya no se va a producir. Se trata de un ejercicio de responsabilidad. Por mi condición y mi forma de ser, una salida hubiera supuesto un fracaso en lo personal y ante mis vecinos. Tengo que agotar mi mandato y trabajar por ellos.
–¿Qué tal la sintonía con su equipo de concejales?
–Hay buena comunicación y buena relación… Yo no tengo vida familiar, pero ellos son un equipo joven que, en muchos casos, tiene que conciliar con niños y otras situaciones, así que tenemos que encajar los ritmos, pero después de un año nos hemos ajustado totalmente.
–Pero la dirección del partido se llegó a reunir con ellos porque no todos estaban asumiendo las mismas responsabilidades.
–Somos un equipo nuevo y cada uno venía de un sitio distinto. En el partido son profesionales, ellos llevan muchos años y nosotros acabamos de llegar, por eso pedí ayuda. Teníamos que explorar todas las posibilidades para que el proyecto continuara.
–¿Se ha sentido desatendida por el partido durante este año?
–En absoluto, todo lo contrario, he estado arropada en todo momento.
–¿Le pidió auxilio a la dirección del PP en algún otro momento antes de llegar a esa situación?
–La comunicación es cordial, sé que descuelgo el teléfono en cualquier momento y los voy a tener ahí para lo que necesite. Eso me da mucha tranquilidad.
–¿Le ha decepcionado la política en este primer año?
–No. Me decepciona una parte, la que no es constructiva. Y hablo del ámbito municipal, no me voy a escalas mayores. Me decepciona porque no lo comparto, no lo entiendo. Creo que la política municipal debería ser constructiva siempre. Tendría que ser en positivo, para aportar y mejorar la calidad de vida de los vecinos. Incluso cuando estás en la oposición, porque poner palos en las ruedas, ¿en qué beneficia a alguien?
–¿Qué diferencias ha encontrado entre gestionar en el sector privado y en el público?
–Los tiempos. Yo en la empresa privada tomo una decisión sobre cualquier proyecto o cualquier iniciativa y me marco mis propios tiempos. También hay que hacer gestiones allí, pero no tiene tantos trámites burocráticos como en la Administración pública. No tiene que pasar por tantos departamentos ni hay que esperar a tantos informes. Y ya no digo nada si el proyecto o la actividad requiere de un agente externo.
–Bezana es el único ayuntamiento cántabro con pacto PP-Vox. Tras la ruptura de ambos a nivel nacional, ¿corrió peligro el acuerdo aquí?
–No. Tenemos total normalidad. Desde el principio imperó el sentido común y la sensatez. No hay líneas rojas para mejorar la calidad de vida de los municipios.
–¿No hay carga ideológica en la toma de decisiones?
–En política municipal no hay mucha carga ideológica.
–Buruaga, sin embargo, prefirió gobernar en minoría a hacerlo con Vox.
–Gracias a Dios tenemos esa libertad e independencia para tomar ese tipo de decisiones. El acuerdo con Vox me pareció consecuente teniendo en cuenta la cantidad de trabajo que teníamos por delante y, además, los dos partidos íbamos en la misma linea.
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