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Hace veinte años que se descubrió la cueva de La Pena en Mortera (Piélagos). La cavidad en la que se hallaron restos fúnebres y diversos objetos de la época hispano visigoda, como los broches damasquinados de un cinturón –en la actualidad se pueden visitar en ... el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac)–, cumple dos décadas y para celebrarlo y continuar divulgando la relevancia del hallazgo, la Asociación Mortera Verde ha organizado una exposición en la Casa Vieja. La muestra constará de documentos gráficos sobre los materiales descubiertos en la cavidad que han originado interés a nivel nacional. La inauguración de la muestra 'Brillando en la historia. XX Aniversario de la Cueva de las Penas' se inaugurará el próximo día 9 de junio, a partir de las 11.30 horas, y contará con la colaboración de los artistas Juanjo Revuelta (ceramista), Mariano Gómez de Vallejo, Ángela Nogue y Alberto Pajares (pintores), y Cristina Diego (ilustradora).
Los restos fueron descubiertos en la excavación arqueológica realizada en el año 2004, cuando salió a la luz un yacimiento funerario que sorprendió al grupo de investigadores. A partir de ahí, la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria encargó a los expertos Ángeles Valle y Mariano Luis Serna el estudio y la interpretación de lo que se acababa de encontrar. Los arqueólogos descubrieron que esta cueva había tenido un uso sepulcral, ya que dieron con restos humanos de trece personas y con una colección de objetos de la época hispano-visigoda, entre los siglos VII y VIII, que formaba parte del ajuar fúnebre. Había cinco placas de cinturón hispano-visigodas con hebillas; una hebilla decorada con serpentiformes; una fíbula anular de bronce; un pendiente de plata y vidrio, y varios anillos de cobre y hierro, entre otros objetos. También encontraron fragmentos de un recipiente metálico y restos óseos de animales, como gallinas domésticas.
Los estudios antropológicos y paleopatológicos realizados por Silvia Carnicero dieron como resultado que allí había 13 individuos: un feto de 30 semanas, cuatro niños y ocho adultos de entre 20 y 35 años. La hipótesis que más peso ha cobrado entre las que se manejan es que ahí enterraban a víctimas de epidemias.
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