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El dramaturgo Arthur Miller decía que el teatro no podía desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma. En ... el IES Ría del Carmen, de Muriedas, el telón lleva más de dos años echado a consecuencia de la pandemia, pero ya se cuece el estreno de 'El enfermo imaginario', la obra que no pudo llevarse ante el público tras la irrupción de la pandemia. Se han cumplido ya veinticinco años de la creación de este grupo de teatro, al que oficialmente llaman 'colectivo de dramatización'. Y no es para menos. El teatro en este centro camargués, más que una mera actividad extraescolar, se ha convertido en una herramienta pedagógica de un gran colectivo que se convierte en familia, que lo vive y que encima gana premios. Donde hasta los conserjes participan de la actividad. Lo dice Carmen Martín, que lo fue: «Para que la magia del teatro te transforme no hace falta subir a un escenario».
Juan Manuel Freire, profesor de Lengua y Literatura ya jubilado, fue director del grupo de teatro. El primero. Estuvo al frente del colectivo desde 1996 hasta 2012. Hoy espera la visita de El Diario Montañés junto a Elena Galiano, también profesora de Lengua y Literatura ya jubilada, que ocupó su puesto desde 2012 hasta 2020. Les toca hablar de su libro. El que ha editado el centro para conmemorar la efeméride: '25 aniversario del grupo de teatro del IESRía del Carmen. 25 años de pasión'. Pero es, en realidad, de su vida. Porque el escenario les ha marcado. A ellos y a los centenares de alumnos que han pasado por esta actividad extraescolar. A la que han dedicado sus recreos. Con la que han afrontado sus miedos escénicos y superado retos. Y, seguramente, les haya hecho mejores personas. «Más que darle las gracias a los alumnos, se las tengo que dar yo a ellos», asegura Freire mientras intercambia anécdotas de una época que guarda en la memoria como el mejor papel de su vida. «He tenido alumnos que sin ser en absoluto buenos estudiantes y sin siquiera tener buena memoria, han hecho de protagonistas de una manera que nos sorprendió a todos», añade Galiano.
Uno de los rasgos definitorios de este grupo de teatro ha sido que se ha convertido, curso tras curso, en un punto de encuentro de jóvenes artistas de diferente condición. Actores, músicos, bailarines, mimos, expertos en luz, iluminación, atrezzo... Y el dinamismo que se ha creado entre departamentos, ya que a través de esta actividad se interrelaciona la Lengua y Literatura, con Música, Educación Física, Plástica o Tecnología. «Al final recuerdo que hasta el conserje avisaba por megafonía en los recreos de que llegaba la hora del ensayo», rememora Freire. Y esa implicación de la comunidad también ha ido surgiendo fuera de las aulas. Entre padres, familiares y amigos que, casi de manera natural, han terminado involucrándose, aunque fuera echando una mano con el vestuario.
Quizá por eso y quizá también por el entusiasmo por el teatro que se respira dentro de este centro, el colectivo de dramatización del IES Ría del Carmen ha conseguido importantes premios, como el Buero de Teatro Joven, en numerosas ocasiones, y llegado a escenarios de fuera de la región, como el Teatro Rosalía de Castro en La Coruña, el Teatro de Toro, en Zamora, o el Federico García Lorca, en Granada, entre otros.
«Recuerdo un año que fuimos a Fuenlabrada, que los alumnos estaban muy nerviosos, porque se enfrentaban a un público de la misma edad y no sabían cómo iban a reaccionar. Al final no sólo disfrutaron muchísimo, sino que nos volvieron a llamar», rememora Galiano.
La directora del centro, Ana Soraya González, que acompaña a los dos exdirectores, asegura que el centro siempre ha apostado por el teatro porque lo considera una actividad de enormes beneficios para los jóvenes. Insiste en que, aún siendo una actividad voluntaria, se utilizan los recreos para ensayar y que la implicación por parte de los jóvenes es máxima.
La responsable del instituto asegura que la pandemia frustró el estreno de 'El enfermo imaginario', una obra que se iba a estrenar a los pocos días del decreto del estado de alarma. «Y al final el enfermo murió de covid», ironiza la directora. Así, con la obra ya preparada, no pudo ver la luz y hoy aquellos actores ya están en la universidad. Pero como bien saben en este centro, el espectáculo debe continuar y esta obra podrá estrenarse este curso, aunque con otros actores y otra dirección. Pero con la misma ilusión. La que parece contagiarse entre los pasillos.
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