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Es uno de esos proyectos subrayados en la hoja de ruta de la legislatura en Camargo. De los importantes. Y el Ayuntamiento sigue dando pasos para que las máquinas lleguen cuanto antes al terreno. Se trata del plan para renovar por completo el aparcamiento de ... La Vidriera, en Maliaño, una ambiciosa hoja de ruta presupuestada en 1,2 millones de euros y con la que el equipo de gobierno se propone, además de generar 270 plazas de estacionamiento, dar un lavado de cara decisivo a una de las zonas más transitadas de todo el casco urbano.
Y a falta de que las excavadoras se pongan a trabajar sobre el terreno, ya empieza a funcionar otra maquinaria, la administrativa. El equipo de gobierno ha licitado ya el proyecto. El reloj se pone en marcha. Falta escuchar a las empresas que aspiren a hacerse con la actuación y contratar la oferta que el Consistorio estime más adecuada. ¿Cuánto tiempo lleva eso? El Ayuntamiento, y más tratándose de un plan tan importante como este, prefiere no dar muchas fechas y terminar pillándose los dedos. Los responsables sí tienen claro que las labores comenzarán en 2021, pero no que el proceso de licitación vaya a estar libre de retrasos administrativos -como bajas temerarias-. La licitación podría resolverse en dos meses. O en cinco. Por eso, y a sabiendas de las expectativas que genera la renovación del aparcamiento de La Vidriera en muchos vecinos, la concejalía de Obras prefiere no hacer quinielas por ahora.
No es para menos. El lavado de cara del entorno del centro cultural genera ilusión dentro y fuera del equipo de gobierno. A juzgar por el plan, el proyecto contribuirá y mucho a la llamada «humanización» del casco urbano, una palabra que desde la alcaldesa, Esther Bolado, hasta otros representantes han utilizado para referirse a la transformación que quieren para el centro.
Porque el futuro aparcamiento será muy distinto al de ahora, con mayor presencia de vegetación. Tendrá charcas para anfibios, zonas verdes en los caminos peatonales y otro espacio entre el camino principal y el aparcamiento planteado como un área diáfana apta para un abanico importante de posibilidades, desde la práctica deportiva y artística hasta la celebración de un mercadillo, un determinado festejo o una exposición relacionada con La Vidriera. De hecho, y particularmente en el trecho que existe entre el centro público hasta el parking, el Consistorio contempla también desarrollar una zona preparada para realizar actividades complementarias.
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