Camargo recicló 13.151 litros de aceite usado en 2020, un 18% más que el año anterior

Camargo recicló un total de 13.151 litros de aceite de cocina usado en 2020, un 18% más que en 2019 (10.785) y hasta un 36% más que en 2016 (8.410). El uso de los contenedores naranjas, distribuidos en diversos puntos del término municipal, está cada vez más extendido entre los vecinos. De ahí la «línea ascendente» de la que habla la concejala de Medio Ambiente en el Ayuntamiento, María José Fernández, antes de expresar su satisfacción «por esta cifra récord» fruto de la «concienciación de los camargueses con la protección de nuestro planeta»

Camargo cuenta con quince contenedores de recogida en Maliaño y Muriedasdonde los vecinos pueden depositar en botellas de plástico cerradas el aceite que han usado de sus cocinas.

No ha sido así siempre. El reciclaje de aceite usado en Camargo se remonta al año 2010. Fue entonces cuando se colocó el primer contenedor para la recogida de aceite usado en las inmediaciones del Parque Lorenzo Cagigas, en el marco del Plan de Recuperación de Residuos Sólidos Urbanos. ¿Qué se hace luego con ese aceite? La empresa Rahersa, la encargada de la recogida en cada uno de estos contenedores, lo utiliza como materia prima para la producción de biocombustible, que contribuye a la reducción del uso de combustibles derivados del petróleo.

El aceite doméstico es uno de los principales contaminantes de las aguas residuales urbanas, y que gracias a su recogida y reciclaje se logra reducir el daño al medioambiente así como un importante ahorro económico a las arcas públicas. Según algunos expertos, cada litro de aceite que es vertido por el fregadero puede contaminar hasta mil litros de agua -tanto ríos, como mares o acuíferos subterráneos-, lo que provoca graves daños a la fauna y la flora al crear una capa de superior densidad sobre la superficie que impide la oxigenación de las aguas.

Además, al mezclarse con jabones y otros detergentes domésticos se favorece la proliferación de microorganismos y la reproducción de bacterias que afectan directamente a la salud de las personas. Asimismo, desde el punto de vista económico provoca que la depuración de las aguas tenga un coste más alto al dañar la maquinaria, las tuberías de las viviendas y las conducciones generales.